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21 enero 2009

Cartas de Mozart a su mujer Constanze Weber




Budwitz, 8 de abril de 1789

[...] Mientras el príncipe está ocupado con el cambio de caballos, yo aprovecho la oportunidad de escribirte unas palabras. Esposa de mi corazón, ¿cómo estás? ¿Piensas en mí tan a menudo como yo en ti? Miro tu retrato constantemente y lloro, en parte de alegría, en parte de tristeza. Cuida de tu salud. ¡Adiós, cariño, cuídate! No te preocupes por mí [...], nada me resulta incómodo, excepto tu ausencia, pero esto no se puede remediar. Te lo escribo con lágrimas en los ojos. Adiós. Te escribiré más y más legiblemente desde Praga, cuando no tenga que ir con tantas prisas. Adieu. Te beso millones de veces con todo mi corazón y soy para siempre tu fiel hasta la muerte,

Mozart

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Dresde, 16 de abril de 1789

Querida mujercita, tengo una serie de peticiones que hacer. Te pido que
1. no estés melancólica,
2. cuides de tu salud y evites las brisas de primavera, no salgas a pasear sola, y preferiblemente no salgas a pasear en absoluto,
3. te sientas completamente segura de mi amor. Hasta el momento no te he escrito una sola carta sin situar ante mí tu querido retrato.
4. Y finalmente te pido que me envíes más detalles en tus cartas. Me gustaría saber si nuestro cuñado Hofer nos vino a ver el día después de mi partida. Si va muy a menudo, como me prometió que haría. Si los Lange van alguna Vez. Cómo progresa el retrato. Qué tipo de vida estas llevando Todas estas cosas son naturalmente de gran interés para mí.
5. Te pido que en tu conducta no sólo tengas cuidado de tu honor y del mío, sino que también consideres las apariencias. No te enfades conmigo por pedirte esto. Deberías amarme aún más porque valoro tanto nuestro honor.

W. A. Mozart

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Viena, 6 de junio de 1791

En este mismo instante he recibido tu querida carta y estoy encantado de oír que te encuentras bien y de buen ánimo. Madame Leutgeb me ha lavado el gorro de dormir y la corbata, ¡pero me gustaría que las vieses! ¡Buen Dios! Yo le sigo diciendo: «¡Déjeme que le muestre cómo lo hace ella [mi esposa]!›› Pero no sirve de nada. Estoy encantado de que tengas buen apetito, pero cualquiera que devore mucho, también tiene que cagar mucho... no, andar mucho, quiero decir. Pero no me gustaría que dieras largos paseos sin mí. Te ruego que sigas mi consejo con exactitud, porque sale de mi corazón. Adiós, mi amor, la única.
Pesca en el aire... esos ¿2999? besitos que están volando hacia ti, esperando que alguien los coja.
Escucha, quiero susurrarte algo al oído, y tú en el mío, y ahora abrimos y cerramos nuestras bocas, otra vez, otra vez y otra, y al final decimos: «Todo se centra en Plumpi… Strumpi…”. Bueno, puedes pensar lo que quieras, precisamente por eso es tan conveniente. Adiós. Un millar de tiernos besos. Siempre tuyo

Mozart

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Viena, miércoles 6 de julio de 1791

¡Queridísima y amadísima mujercita! He recibido con indescriptible placer la noticia de la recepción del dinero. No me puedo acordar, sin embargo, de haberte escrito que emplearas «todo» en saldar deudas. ¿Cómo lo iba a haber escrito si soy una criatura razonable?... Si lo he hecho... ¡tenía que estar muy distraído! Lo que, por otra parte, es muy posible, por la de cosas importantes que tengo en la cabeza. Mi idea se refería solamente a los baños..., el resto es para tu uso cotidiano... ¡y lo que aún quede por pagar, como ya tengo hecha la cuenta, lo haré efectivo yo mismo a mi llegada (…).

No es una vida nada agradable. ¡Paciencia! Ya mejorará..., y entonces reposaré en tus brazos (...) Ahora no me puedes proporcionar mayor satisfacción que estando contenta y alegre... ¡pues si tan sólo «yo sé con certeza» que nada «te» falta... todos mis males me resultan queridos y agradables!... Ya sé que la más fastidiosa y complicada situación en la que pueda encontrarme me parecerá una bagatela con simplemente saber que «tú estás contenta y alegre».

Y ahora, que te vaya bien... disfruta de tus bufones de mesa... ¡piensa y habla a menudo de mí!...; quiéreme siempre como yo te quiero, y sé por siempre mi Stanzi Marini, como yo seré por siempre tu

Stul Knaller paller
Schnip -Schnap- Schnur
Schnepeperl
Snai

Dale una torta a N.N., y le dices que era para matar una mosca que he visto que se posaba (en su mejilla). Adieu... ¡Cuidado! ¡Cógelos!, muá..., muá..., muá... ¡Tres besitos, dulces como el azúcar, se van volando desde aquí!

MOZART

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Viena, 7 de julio de 1791

Queridísima y amadísima mujercita! Ya me perdonarás no recibir esta vez más que una sola carta mía. La razón es: he de coger al vuelo a un tal N.N. y no dejarle escapar.. Todos los días, desde las 7 de la mañana estoy ya en su casa.

Espero, además, que hayas recibido puntualmente micarta de ayer (...) Ahora tan sólo deseo una cosa: tener arreglados mis asuntos, para poder estar otra vez contigo.
No puedes imaginarte lo largo que se me ha hecho el tiempo, tanto tiempo lejos de ti... No puedo explicarte mi sensación: es una especie de vacío... que me hace mucho daño, una cierta ansia que no se ve nunca satisfecha y, por tanto, nunca cesa..., que dura siempre y que incluso crece día a día. Cuando pienso con qué alegría infantil hemos pasado el tiempo juntos en Baden... y qué tristes y aburridas horas vivo aquí... Hasta mi trabajo deja de alegrarme, ya que me había acostumbrado a levantarme de vez en cuando para charlar un ratito contigo y esa satisfacción me resulta, por desgracia, imposible... Si me pongo al piano y canto alguna cosa de mi ópera, tengo que pararme enseguida...; ¡mis sentimientos son demasiado fuertes! ¡Basta!... ¡Si llega una hora en que este asunto se acabe, en la hora siguiente ya no estaría aquí!

No tengo nada nuevo que escribirte (...) Adieu, queridísima mujercita. Hasta siempre, tu

MOZART




Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756 - Viena, 5 de diciembre de 1791) es considerado como uno de los más grandes compositores de música clásica del mundo occidental. Tras su fracaso sentimental con Aloysa Weber, encontró consuelo en Constanze, la hermana menor, y en 1782 se casaron en Viena. A pesar de que murió muy joven (apenas a los 35 años), dejó una obra extensa que abarca todos los géneros musicales de su época.


Fuente: Correspondencia privada de Mozart

1 comentarios:

Carlos dijo...

Como le dijo Alban Berg a George Gershwin cuando éste le visitó en Viena y pensó que la música que iba a interpretar ante Berg en su piano no estaba a la altura del Autor del "Concierto a la memoria de un ángel" "Sr. Gershwin, la música es la música". ¿"Música clásica occidental"? Da igual cásicos, renacentistas, barrocos, románticos, Oriente, Occidente, Norte o sur; la música es la música, y Mozartuno de sus más grandes creadores en la historia!. Punto.