A Mariano Baquero Goyanes, Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Murcia.
Madrid, 1º de agosto 1952
Sr. D. Mariano Baquero Goyanes.
Mi distinguido amigo: muchísimas gracias; su estudio en Clavileño, es magistral; lo he leído con emoción. Se ha notado siempre que la lengua Española tiene, como rasgo esencial, la sonoridad. «Música en precisión» me parece la fórmula deseable. Y creo que se llega a esa fórmula, más que deliberadamente, por instinto. La lectura de los clásicos -sobre todo, en la infancia, en la adolescencia-, ayudará siempre a quien intente la conciliación.
Leí, complacidísimo, su ensayo sobre la novela de Clarín. Abundando en las ideas de usted, me parece que su único hijo representa el tránsito del realismo de las cosas -que se da en La Regenta- al realismo del espíritu, o sea, la psicología pura. Clarín, desde ese punto, irá avanzando hasta llegar al estado que tanto irritó a González Serrano. Y bien despiadadamente: En la muerte de Clarín, que había prologado un libro del irritado.
Salúdole con viva cordialidad.
Azorín
.......................................................................................
A Vicente Blasco Ibáñez
Madrid, 27 marzo 1918
Querido Blasco Ibáñez: ¡Cómo le envidio a usted! Dejé de ser subsecretario; pero sigo en la altiplanicie madrileña, a 650 metros sobre el nivel del mar. ¡Y usted frente al Mediterráneo!
Pienso ir a Francia; amigos queridos que tengo en esa gran nación lo desean; yo tengo ya necesidad de contemplar ese paisaje y de revolver en las librerías repletas de volúmenes nuevos.
Leí su novela; sintiendo yo el amor que siento, por nuestro mar, no hay que decir si me habrán encantado esas páginas.
En mi libro El Paisaje de España visto por los españoles, hablo de usted.
Un cordial abrazo de su amigo
Azorín
............................................................................................
A Gregorio Marañón
Madrid, 16 mayo 1953
Sr. Dr. D. Gregorio Marañón:
Mi querido Doctor: muchas gracias; su voto es de calidad. Creo que el siglo XVI es fundamental en nuestro idioma. En el siglo XVI el idioma está más cerca de la Naturaleza que en el XVII. Cervantes –nacido en 1547- pertenece al siglo XVI. De “los tres grandes” –Cervantes, Lope y Quevedo- Cervantes es el más naturalista. Perdóneme usted: hablar del idioma es hablar de la mar.
Siempre queriéndole y admirándole,
Azorín.
......................................................................................
A Ramón Martínez Ruíz (Hermano de Azorín. Médico)
Yecla, 20 marzo 1901
Querido Ramón: estoy en Yecla desde el día 14; Pio Baroja -no es seudonimo- me ha prometido venir para Semana Santa, y si viene le esperaré aquí y luego iremos al Collado y a Monóvar.
Si puedes, compra algunas placas para que saquemos algunas fotografías.
No te mando La fuerza del amor porque la llevaré a Monóvar. La Iglesia Española no se ha publicado.
Tu hermano,
Pepe
........................................................................................
A Gabriel Miró, escritor
Madrid, 4 abril 1912
Querido amigo Miró:
Gracias cordialísimas por su carta. Me encantó su libro: me interesa vivamente cuanto usted hace. Personalidad relevante hay en su estilo y en su vivir. Me propuso hacer algo sobre la novela; pero no se mandó. La actualidad no para; siempre es tiempo para hablar de un bello libro.
Le quiere cordialmente,
J. Martínez Ruiz.
Azorín
..................................................................................
Madrid, 17 febrero 1927
Querido Miró: desde lejos -desde lejos en el espacio ideal- le contemplo a usted alguna vez. Usted puede llevar una vida serena, apartada; yo estoy condenado, amando la espiritualidad, a la vorágine y al torbellino. Alegre o triste -triste casi siempre- he de salir todas las noches a la pista del circo.
¡Y he de poner ante la muchedumbre la cara jovial! ¿El premio de la Academia? Algo más deseo para usted; si ese algo le satisface. Yo ya estoy de vuelta de tales vanaglorias. Le admira y abraza
Azorín
..............................................
Madrid, 24 mayo 1929
Querido Miró: muchas gracias por su bondadosa felicitación. No celebro mi santo; me asomo un momento al abismo del tiempo en que hay ya tantos seres queridos –deudos y maestros- y siento una profunda emoción. Y nada más.
Defiendo a la juventud por razones estéticas, sociales y biológicas; estas últimas son las más poderosas; cuanto más avance en los años, me aferraré más a lo nuevo; esa estribación es la razón suprema -para mí- del vivir. Y abandonaré a esta juventud, en cuanto salga otra, si llego a vivir tanto.
El 26 es el pranzo -en latín- o banquete a Jarnés; mucho gusto tendríamos en verle a usted por allí; creo que debe usted asistir. Yo hace tiempo que he tomado la resolución de no ir a ninguna comida ni enviar adhesión; pero este es un caso excepcional.
Cordialmente suyo,
Azorín
...........................................................
Madrid, 4 julio 1927
Querido Miró: muchas gracias por su cariñoso telegrama. La compañía de usted ha sido para mí gratísima. Y provechosa, psicológicamente. Aquí se ha visto en al acto de Monóvar una corroboración de mi actitud en la Academia. Y eso es lo cierto. El proceso de este asunto será lento; pero interesante; nos vamos a divertir un poco. No se pueden hacer ciertas cosas impunemente y con vitanda reiteración. Y podremos transigir en lo secundario y adjetivo -ese es un deber social inexcusable- pero nunca en aquello que atañe a la honda justicia que es norma de los seres civilizados. Esa es una cuestión de innata delicadeza, y no se puede discutir…
Con un abrazo cordialísimo,
Azorín
..............................................................................
A José Ortega y Gasset
Monóvar, 11 septiembre 1906
Amigo Ortega y Gasset: Perdone usted que antes no haya contestado a su carta; he estado en Mallorca, luego en Alicante y después en algunos pueblos de la provincia.
En efecto, tengo algunos motivos de resquemor con ABC; pero éstos son leves y fácilmente componibles; lo que sospecho que no tendrá compostura será el estado económico de tal periódico. Ahora bien, entre El Imparcial y el ABC, ¿puede caber duda ninguna en cuanto a la elección? ¿No podría yo hacer en el primero de dichos periódicos la próxima campaña parlamentaria? Las condiciones a que usted alude, ¿cuáles son?
Todos estos problemas por carta es difícil elucidarlos; mejor será que esperemos a mi regreso y nos entenderemos de viva voz. A últimos del presente septiembre pienso estar en esa; si usted ha de ir a ver a sus tudescos antes, yo puedo adelantar mi viaje.
Leo sus artículos de los Lunes y me gustan mucho; hondura y buen gusto hay en ellos (no lo tome usted como correspondencia cortés a cierto almíbar que encontré en uno de ellos); los Lunes marchan bien y si se hace la nueva serie de Españoles pintados por sí mismos, yo tengo ya echado el ojo a dos tipos importantísimos en la República y que desempeñan misiones trascendentales: el Muñidor y el Morenero (justo es que los escribamos con mayúscula).
No le canso más; páselo usted bien y aquí me tiene a su devoción hasta la fecha indicada. Muy suyo,
Azorín
............................................................................
A José Ruiz Castillo, editor de Biblioteca Nueva.
Madrid, 23 junio 1929
Querido Ruiz Castillo: me escribe el Sr. Cruz Rueda a propósito del libro de Werner Mulertt; le contesto diciéndole que la época veraniega no es propicia para la publicación de libros y que esperen al otoño.
Tengo preparado el original de La bolita de marfil para cuando llegue el momento.
La Compañía Iberoamericana imprimirá todos los libros míos que tiene Caro Raggio; esos libros no podían interesar a usted. Si usted hubiera elegido alguno seguramente hubiera sido La ruta de D. Quijote, o Castilla o Los Pueblos; pero al adquirir la Compañía la editorial Renacimiento, esos libros y bastantes otros pasan a ser propiedad de la Compañía. Podía usted haberse fijado en otros editados solo por Caro, como Don Juan; pero también de esos no hubiera podido usted disponer; por la sencilla razón de que están sujetos a contratos especiales, y caducado como está el contrato general, esos contratos separados subsisten, y no había medio de rescatar esos libros sino habiendo una edición de Obras Completas, que es lo que va a hacer la Compañía. He tomado esta resolución respecto de Caro Raggio, por que no puedo resignarme a que los treinta y siete volúmenes que el tiene míos, no me produzcan nada; todas esas obras las tiene Caro inactivas, muertas, y eso no es justo. Usted durante los cinco años de nuestros contrato, además de las obras inéditas que escriba yo, podía haber editado alguna de esas obras de Caro; pero las que están disponibles son cosas de crítica literaria y ensayos. Aparte de que durante ese tiempo tendrían que seguir todos los libros en la inacción en que vienen estando por falta de interés de Caro Raggio.
Cordialmente suyo,
Azorín
..............................................
A Miguel de Unamuno
Madrid, 22 marzo 1929
Mí querido D. Miguel:
Recibí a su debido tiempo las hermosas canciones, me han conmovido profundamente, todo el espíritu de nuestra España está en esos versos. Sobre todo, en los que usted tiene la bondad de dedicarme. También en los que se habla de Cervantes y de la gran abulense. No sé lo que me sucede, parece que la vejez debiera de amortiguar la sensibilidad, y yo cada vez me siento más sensible, ahora cualquier detalle, cualquier incidente, me producen profunda emoción, cosas que antes me eran indiferentes, me causan íntima tristeza. Y esos versos de usted me han puesto en un estado de sentimentalidad y de melancolía indecibles. Esos versos con las consiguientes asociaciones de ideas.
Copia de las canciones he mandado a Castro; supongo que le escribirá a usted. Y nada más.
Siempre queriéndole y admirándole,
Azorín
Azorín (1873-1967), cuyo verdadero nombre era José Martínez Ruiz, fue un escritor español, además de novelista, ensayista, y de ser el crítico literario español más importante de su tiempo. Trabajó activamente en política durante los primeros años de su carrera. El tema dominante de sus escritos es la eternidad y la continuidad, simbolizadas en las costumbres ancestrales de los campesinos. Fue el máximo representante de la Generación del 98, movimiento literario que él definió, conceptualizó y defendió. Estas cartas han sido extraídas del Tomo III de las "Obras Escogidas", de Azorín, de Espasa Calpe, 1998
0 comentarios:
Publicar un comentario