Bangui Colony, New Delhi, 25 de mayo de 1947
Querido Doctor Julián Huxley:
Como ando constantemente de un lado para el otro, nunca recibo el correo a tiempo. A no ser por su carta a Pandit Nehru, en la que se refiere a la que me dirigió a mi, podría no haber recibido la suya. Pero veo que usted ha dado a las personas a quienes se ha dirigido tiempo suficiente para que puedan contestar. Escribo ésta en un tren en marcha. Mañana cuando llegue a Delhi será copiada a máquina.
Me temo que no pueda darle nada que se aproxime al mínimo que usted indica. Lo cierto es que no tengo tiempo para hacer este esfuerzo. Pero todavía es más cierto que leo muy poca literatura pasada o presente, aunque me encantaría poder leer algunas de las obras maestras. Viviendo como vivo desde mi juventud una vida turbulenta, no he tenido tranquilidad para dedicarme a la lectura.
De mi ignorante pero sabia madre aprendí que los derechos que pueden merecerse y conservarse proceden del deber cumplido. De tal modo que sólo somos acreedores del derecho a la vida cuando cumplimos el deber de ciudadanos del mundo. Con esta declaración fundamental, quizás sea fácil definir los deberes del Hombre y de la Mujer y relacionar todos los derechos con algún deber correspondiente que ha de cumplirse primero. Todo otro derecho sólo será una usurpación por la que no merecerá la pena luchar.
Suyo afectísimo,
M. K. Gandhi.
Dr. Julián S. Huxley
Director General UNESCO,
París.
Como parte de las tareas de preparación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, el entonces Director General de la UNESCO, dirigió cartas a numerosas personalidades de todo el mundo, en las que les solicitaba opinión sobre qué derechos debían ser reconocidos en la declaración. Esta carta es la contestación que le envió Gandhi. Como saben, el más importante líder político y religioso de la India.
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