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14 agosto 2012

Cartas de Jane Austen a su hermana Cassandra







En esta carta Jane está baja de ánimos, y el frío de Southampton la desanima más...


Viernes 20- Domingo 22 de Febrero de 1807


De Southampton a Godmersham.

Mi querida Cassandra:

Por fin hemos tenido algunas noticias del testamento del Sr. Austen. En Tunbridge se cree que, tras la muerte de su viuda, le ha dejado todo al tercer hijo del Sr. M Austen, John. Y dado que el tal John fue el único miembro de la familia que asistió al funeral, parece probable que sea cierto. ¡Una fortuna conseguida de mala manera no podrá nunca prosperar!

Esta semana realmente tengo poco que decir, y tampoco me apetece extender esa menudencia de manera que parezca demasiado. Me inclino por frases cortas.

Mary te estará agradecida si tomas notas de la frecuencia con la que Elizabeth cuida de su bebé en el transcurso de 24 horas, cuántas veces lo alimenta y con qué. No tienes que tomarte la molestia de escribir el resultado de tus observaciones pues tu regreso será lo suficientemente pronto como para que puedas comunicárselos tú misma.

Se te recomienda que traigas algunas semillas de flores desde Godmersham, en concreto, de reseda.

Mi madre ha tenido esta mañana noticias del Paragon. Mi tía habla bastante de los violentos resfriados que hay ahora en Bath, y de los que mi tío ha estado sufriendo desde que volvierson. Ella misma tiene un catarro mucho peor que cualquiera de los que haya tenido antes, teniendo en cuenta que los de ella siempre han sido malos. Sin embargo, escribe de buen humor y con buen ánimo. La negociación entre ellos y Adlestrop ya se han cerrado así que, ¿quién podría tener el poder de molestarla económicamente?

Nos cuenta que Elliston acaba de tener acceso a una fortuna considerable por la muerte de un tío. Para mí no sería suficiente retirarle del escenario; ella tendría que abandonar sus negocios y vivir con él en Londres. No pudimos realizar nuestra visita el lunes, pues el tiempo cambió demasiado rápido. Desde entonces, hemos tenido un poco de casi todos los tipos de temperatura: dos de las heladas más intensas desde que empezó el invierno, precedidos por lluvia, granizo y nieve. Ahora estamos sonriendo de nuevo.


Sábado.-

He recibido tu carta, pero supongo que no esperas que me agrade su contenido. Tengo que confesar que estoy bastante disgustada por la reiterada demora de tu regreso, pues aunque ya había renunciado a cualquier idea de que estuvieses con nosotros antes de que nos mudáramos, estaba segura de que el mes de Marzo no pasaría sin traerte de vuelta. Antes de que llegue Abril, seguro que ocurrirá alguna otra cosa que te retendrá de nuevo. Pero si tú eres feliz, todo esto no es más que egoísmo, del que ya hay aquí suficiente para tan sólo una cuartilla. Por favor, dile a Lizzy que si me hubiera imaginado que sus dientes fueran a caerse, le habría dicho antes lo que le voy a decir ahora: que se trató de una pérdida realmente desafortunada, que me temo que le habrá ocasionado bastante dolor, y que me atrevo a decir que su boca tiene un aspecto muy gracioso.

Le estoy agradecida a Fanny por la lista de los hijos de la Sra. Coleman, de cuyos nombres, sin embargo, no me había olvidado en absoluto. Estoy segura de que la nueva se llamará Caroline.

He conseguido la receta del Sr. Bowen para ti, llegó en la carta de mi tía.

Has debido de tener más nieve en Godmersham que la que hemos tenido aquí. El miércoles por la mañana una capa fina cubría los campos y los tejados de las casas, pero no quedó nada de ello al día siguiente. La gente habitual de Southampton dice que la nieve no aguanta más de 24 horas y, por lo que hemos podido observar nosotras mismas, es muy cierto.

Que Frank vaya a Kent dependerá de que no esté ocupado. Pero, dado que el primer Lord, tras prometer a Lord Moira que el Capitán A. tendría la primera fragata buena que quedara vacante, ya ha asignado dos o tres bastante dignas, no tiene razones especiales para esperar que eso ocurra ahora. Sin embargo, él apenas ha hablado de su viaje a Kent. Mi información viene principalmente de él, y ella cree que es más probable que pueda ir si él está embarcado, que si no lo está. Frank tiene un catarro bastante malo para un Austen, que no le impide hacer flecos muy bonitos en las cortinas del salón.

La Sra. Day ya tiene su alfombra, y espero que el lunes sea su último día de trabajo aquí. Dentro de quince días será llamada de nuevo desde las sombras de su cama de cuadros rojos para que acuda al callejón cerca del final de High Street y limpie la casa nueva y airee los dormitorios.

Hemos oído que mucha gente siente envidia de nuestra nueva casa, y que el jardín es el mejor de la ciudad. Habrá paños verdes suficientes para la habitación de Martha y la nuestra, no para cubrirlos sino para colocarlos en la parte en la que más se necesitan, bajo el tocador. Mary va a tener una pieza de alfombra con el mismo propósito. Mi madre dice que ella no quiere ninguno y de hecho es mejor que en su habitación no haya, y su aspecto lucirá más en la habitación de Martha y en la nuestra.

Te recomiendo las “Cartas de la Sra. Grant”, como regalo a esta última. No sé de qué trata ni de cuántos volúmenes consta, pues nunca había oído hablar del libro nada más que a la Srta. Irvine, que lo menciona como un trabajo nuevo y bastante admirado, y que le ha gustado bastante. He preguntado por el libro por aquí, pero parece bastante desconocido.

Creo que he puesto cinco medidas de lino en mi volante. Ya sé que lo consideré más deseado de lo que yo esperaba, y que me habría molestado si no hubiera comprado más de lo que pensaba que era necesario, con la excusa de las medidas correctas, sobre las que tenemos una opinión tan diferente.

Una compra que será muy necesaria para ti es un vestido ligero para las mañanas, y espero que sea muy bonito. Compraré estas cosas siempre que sienta la tentación, pero por el momento no he visto nada por el estilo.

Estamos leyendo el otro libro de Barretti, y nos parece terriblemente grosero con el pobre Sr. Sharpe. No puedo seguir defendiéndole frente a ti, tal y como hice hace nueve años.


Domingo.-

El correo de hoy me ha traído la confirmación de Martha de que llegará el martes por la tarde, y que no habrá nada que lo impida excepto si William le dice que no hay remedio en ese día. Su carta se entregó al correo en Basingstoke a su vuelta de Eversley, donde dice que han pasado unos días muy agradables. No cree que corra ningún peligro de ser tentada para que vuelva de nuevo, y como firma con su nombre de soltera, podemos suponer que todavía no se ha casado. Han debido de pasar frío en su visita, pero como le pareció agradable, supongo que fue porque no había escasez de mantas, y podemos confiar en que su hermana se encargue de que todo el mundo sepa cuánto quiere a todos. No me da más detalles de ninguna otra cosa, pues solamente tuvo tiempo para escribirme lo estrictamente necesario.

Te deseo que tengas un grupo agradable mañana, y tan sólo que te agrade el cuello de la Sra. Hatton. Lady B. ha debido de ser una mujer muy desvergonzada si ha nombrado a H.Hales dentro del alcance de su marido. Es algo realmente impertinente en una mujer el pretender emplear a alguien, como si se tratara tan sólo de pedir y obtener. Un viudo con tres niños no tiene derecho a mirar por encima de la institutriz de su hija.

Me veo forzada a ser grosera por falta de tema de conversación, y no tengo realmente nada más que decir. Cuando Martha venga me proveerá de información. Y entonces te podré contar si le gusta la casa y lo que piensa de Mary.

Hoy debes de tener un día muy frío en Godmersham, pues hace mucho frío aquí. Espero que Marzo sea muy duro, Abril muy húmedo y Mayo crudo. Y con esta profecía debo de concluir.

Mi amor para todos. Tuya afectuosamente


JANE AUSTEN

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Incendio en Southampton


Viernes 7-Domingo 9 de Octubre de 1808

Mi querida Cassandra:

Tu carta del martes nos gustó mucho, y os felicitamos a todos por la feliz recuperación de Elizabeth hasta el momento. Espero seguir teniendo noticias de que progresa de la misma manera. También nos alegramos al saber que tu misma te sientes tan bien, y te pedimos que sigas así.

El lunes me sorprendió bastante la lelgada de una carta para ti de tu corresponsal en Winchester (Edward, el hijo de su hermano Edward), que parecía no tener la más mínima sospecha de que pudieras estar en Godmersham. Tomé posesión completa de la carta pues la leí, la pagué y la respondí. También recibirá hoy las galletas. Se trata de un día muy apropiado para tal fin (era el cumpleaños de su padre), aunque no me dí cuenta en ese momento. Le deseo a mi hermano que sea muy feliz en el cumplimiento de su 30 aniversario, y espero que este día pueda ser recordado mucho mejor que el de hace 6 años.

Los albañiles están reparando ahora la chimenea. La encontraron en tal estado que les pareció un milagro que hubiera seguido en pie durante tanto tiempo. Pensaban que era prácticamente imposible que otro vendaval no hubiera acabado llevándosela por delante. Por lo tanto, quizás tengamos que agradecerte que nos hayas evitado el haber acabado sepultadas bajo una pila de viejos ladrillos. También tenemos que agradecerte a petición de Eliza (sirvienta) por el regalo que le hiciste de satin teñido, que ha sido reconvertido en sombrero, y me imagino que le ha sorprendido por su buen aspecto.

Mi madre está haciendo los preparativos para el funeral de la Sra. E.K. Ha deshecho en piezas su vieja pelliza de seda y tiene la intención de teñirlas de negro para hacer un vestido. Se trata de un plan muy interesante que se ha visto ahora ligeramente dañado al saberse que ha de ser dejado en manos del Sr. Wren, ya que el Sr. Chambers se ha marchado. Por lo que respecta al Sr. Floor, de momento ha perdido bastante en nuestra estima hacia él. ¿Cómo está tu vestido azul? El mío hemos tenido que deshacerlo. Creo que ha debido de ocurrir algún error en el teñido, pues en algunos sitios parece estar dividido con un retoque. Se desperdiciaron cuatro chelines, que han de ser añadidos a mis temas sobre los que nunca faltará una queja.

En casa de la Sra. Maitlands, y en cierto modo engañados, nos vimos involucrados en un grupo y, dentro de éste, en una cuadrilla, una partida de cartas y música en la habitación contigua. Hubo dos tandas de cartas, pero yo participé tan solo en una, pues se jugaba a tres chelines, y no puedo permitirme perder esa cantidad dos veces en una misma tarde. Las Srtas. Ms. fueron tan educadas y tontas como de costumbre.

Ya sabes que Martha llega hoy. Ayer recibimos la noticia y, consecuentemente, estamos preparando la cerveza de picea.

El miércoles recibí una carta de Yarmouth en la que se me pedía que le enviara a Mary las piezas de franela, pieles, etc. Como tenía una caja de embalar a mano, pude hacerlo sin ningún problema.

El martes por la tarde Southampton se vio envuelto en un alto grado de alerta durante una hora. Poco después de las nueve se declaró un incendio en Webbes, el pastelero, y estuvo ardiendo intensamente durante largo rato. No he podido enterarme de cómo se originó exactamente. Al principio se dijo que había sido en el horno, pero ahora me llegan noticias de que fue en la parte trasera de su residencia, y esa estancia se vio consumida por las llamas. Éstas llegaron tan cerca nuestra como las de aquella vez en Lyme, e incluso más altas. No podíamos sentir más que inquietud y empecé a pensar en lo que debería de hacer en caso de que llegara a ocurrir lo peor. Sin embargo, felizmente la noche estaba completamente tranquila, las máquinas se pusieron inmediatamente en funcionamiento, y antes de las 10 el fuego estaba prácticamente extinguido, aunque fue a las doce cuando ya se consideró que la situación era completamente segura, y se asignó un vigilante para toda la noche. Nuestros amigos los Duer se asustaron bastante, pero sin llegar a perder el sentido común o la benevolencia. Me temo que la pérdida para los Webbes ha sido importante, quizás más por ignorancia o saqueo, que por el fuego. Tenían bastante mercancía de cerámica muy valiosa y, para rescatarla, la sacaron de la casa y la fueron tirando por cualquier parte. El edificio adyacente, la jugueteríaa, se vio también bastante dañada, y Hibbs, que estaba en la casa siguiente, estaba tan asustado que empezó a repartir todos sus bienes, sus valiosos encajes, etc., a quien quisiera cogerlos. Creo que se agolpó un gran gentío en High St. La Sra. Harrison, que estba tomando el té con una dama en Millar, no pudo salir de allí hasta las doce. Y estos son los acontencimientos más destacados de nuestro incendio. ¡Gracias a Dios! No fueron peores.


Sábado.-

Gracias por tu carta, que me llegó cuando estaba desayunando con mis dos acompañantes (su madre y Martha). Me ha gustado mucho lo que me cuentas de Fanny. En el verano la encontré tal y como tu la describes, casi como si fuera otra hermana, y nunca me hubiera podido imaginar que una sobrina podría llegar a significar tanto para mí. Llega realmente al corazón de las personas. Dale todo mi amor y dile que siempre pienso en ella con mucho gusto.

Te estoy muy agradecida por que te intereses por el estado de mi oído, y me alegra comunicarte que la receta del Sr. Lyford me ha curado por completo. Me parece una auténtica bendición poder oír de nuevo.

No podemos recoger tu vestido, pero no recuerdo que se hubiera acordado fecha previa alguna.

Martha llegó a eso de las seis y media, y Liddy la recibió. Al final tuvieron algo de lluvia pero, en general, el viaje fue muy bueno. Y si podemos fiarnos de su aspecto y de sus palabras, parece que está muy contenta de haber vuelto. La hemos recibido con el tiempo de Castle Square, con vientos huracanados del noroeste desde que llegó. Y nos sentimos afortunadas de que la chimenea fuera arreglada ayer. Martha ha traído bastantes cosas buenas para la despensa, que se ha visto bastante enriquecida.

El otro día nos trajeron un faisán y una liebre de parte del Sr. Grays en Alton. ¿Lo han hecho para atraernos a Alton, o para mantenernos alejadas? Henry probablemente ha tenido algo que ver en los dos cestos que hemos recibido de ese vecindario, pero no hemos tenido prácticamente nada escrito por él, ni siquiera en las direcciones.

Martha se detuvo una hora y media en Winchester. Estuvo paseando con los tres chicos y luego fueron a una pastelería. Le pareció que Edward había crecido, y se refiere a sus modales con la misma admiración de siempre. En George apreció un cierto parecido con su tío Henry.

Me alegro de que vayas a ver a Harriot, dale recuerdos de mi parte. Espero que puedas aceptar la invitación de Lady Bridges, aunque yo no pudiera aceptar la de su hijo Edward. Se trata de una mujer agradable y me honra que se acuerde de mí.

¿Puedes recordar si la familia de Manydown envió su pastel de bodas? La Sra. Dundas ha puesto todo su empeño en conseguir un trozo de su amiga Catherine. Y Martha, consciente de lo importante que es para ella este tipo de cosas está deseando, por el bien de ambas, que su anhelo no se vea frustrado.

Me imagino que el tiempo aquí ha debido de ser más o menos como el de allí. Hemos tenido algunos días deliciosos. Los días 5 y 6 fueron lo que siempre deberían de ser los días 5 y 6 de Octubre, aunque hemos tenido que encender la chimenea en el interior, al menos a partir de medio día.

Martha no consigue que la llave que me encargaste que le diera entre en la cerradura, y quiere saber si crees que pudieras haberte equivoado. Debería de abrir el interior de sus cajones superiores, pero no tiene prisa.


Domingo.-

Nos parece que ya hace bastante frío, y preferimos cenar arriba en vez de hacerlo abajo sin chimenea. Y como somos solamente tres, nos manejamos bastante bien. Hoy tendremos dos personas más, pero estoy segura de que lo haremos igual de bien. Vienen la Srta. Foote y la Srta. Wethered.

Mi madre está muy contenta de que Elizabeth muestre tal admiración por el tapete. Por cierto, dile a Elizabeth que el nuevo vestido de luto se reforzará tan sólo en el cuerpo y en las mangas. Martha te agradece tu mensaje y quiere que te diga con todo cariño que tus deseos se han visto cumplidos, y que se encuentra aquí llena de paz y consuelo. Sin embargo, me parece que no se quedará durante mucho tiempo, pues incluso ella misma no cree que la Sra. Dundas sea capaz de estar sin ella mucho tiempo. Si fuera posible, quiere quedarse con nosotras hasta Navidad.

Liddy vuelve a casa mañana. Parece que está bien, pero no tiene intención de volver a trabajar de momento. Los Wallop han vuelto. El Sr. John Harrison nos ha hecho una visita de cortesía y se ha marchado. Tenemos médico nuevo, un tal Dr. Percival, que es hijo del famoso Dr. Percival, que escribió los Cuentos Morales que Edward me ha traído.

Cuando escribas de nuevo a Catherine dale las gracias de mi parte por su amistoso detalle, tan amable y que ha sido muy bien recibido. Se trata de un broche que tendré en alta estima. Adiós mi querida Cassandra. Tuya afectuosamente.


JANE AUSTEN


P.D. ¿Has escrito a la Sra. E. Leigh? Martha se alegrará de saber que Anne está trabajando ya, y yo estoy igual de contenta de que lo sepa.

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Jane está de muy buen ánimo porque se van a mudar a Chawton…



Martes 27-Miércoles 28 de Diciembre de 1808


Mi querida Cassandra:

Ahora puedo escribirte a gusto y darte el máximo detalle de mis asuntos que, afortunadamente, no han sido muchos esta semana.

El sábado nuestra casa fue desalojada hacia las 11.30h., y tuvimos la satisfacción de saber ayer que el grupo (James y su mujer) llegó bien a casa, poco después de las cinco.

Me alegró mucho tu carta de esta manaña pues entre que mi madre está tomando su medicación, Eliza (la criada) está en la cama con un resfriado y Choles que no ha venido, estábamos muy aburridas y pendientes del correo.

Me cuentas muchas cosas que me agradan, pero no se me ocurre tanto para responderte. Desearía poder ayudarte con tus labores de costura: tengo dos manos y un dedal nuevo que están viviendo muy cómodamente.

El matrimonio de Lady Sondes (ver otra referencia aquí)me sorprende, pero no me ofende. Si el primero hubiese sido por afecto, o si tuviera una hija crecida y soltera, no la habría perdonado. Pero creo que todo el mundo tiene derecho a casarse al menos una vez en la vida por Amor, si puede. Teniendo en cuenta que ahora dejará atrás sus terribles dolores de cabeza y su patetismo, puedo concederle y desearle que sea feliz.

No te creas que tu escena frente a frente con el Sr. Brook Bridges (viudo) vaya a producir algún cambio en nuestras expectativas por aquí: en realidad, no podría estar leyendo, aunque tuviera el periódico entre las manos; estaría pensando en cómo llevar a cabo la obra. Creo que pronto recibirás una carta suya.

Ayer tuve noticias de Portsmouth y, como voy a enviarles más ropa, no tienen previsto venir pronto a vernos. La cara de Mary está bastante bien, pero ha debido de sufrir bastante, pues se le formó un absceso que reventó.

Nuestra reunión del jueves por la tarde tuvo de destacable que vino la Srta. Murden, aunque había declinado completamente la invitación esa mañana. Estuvo sentada con nosotras muy silenciosa y con muy poca gracia desde las siete hasta las once y media. Esa fue la hora en que, gracias a los presidentes, pudimos deshacernos de ellos. La última hora fue bastante aburrida y la pasamos bostezando y tiritando en un amplio círculo alrededor de la chimenea. Pero la bandeja tuvo un éxito admirable. El pato y la conserva de gengibre estaban tan deliciosos como era de desear. Por lo que respecta a nuestra mantequilla negra (ver receta aquí), no tientes a nadie en Southampton con tal señuelo, pues ha desaparecido toda. Abrimos el primer tarro cuando Frank y Mary estuvieron aquí, y no parecía estar en las condiciones que debería: ni sólido ni completamente dulce. Al verlo Eliza (la criada), recordó que la Srta. Austen había dicho que el tiempo de cocción no había sido suficiente. Sabes que se hizo cuando nosotras no estábamos aquí. Ante tales eventos con el primer tarro, no quise guardar el segundo, así que nos lo comimos en privado y sin muchas pretensiones y, aunque no estaba como debería, una parte nos supo muy buena.

James tiene intención de mantener tres caballos con su aumento de ingresos, pues ahora tiene uno solamente. Mary quiere que los otros dos estén en condiciones de llevar a mujeres. Al comprar uno, probablemente le pidan a Edward que cumpla con la promesa que le hizo a su ahijado (James Edward, hijo de James). Ahora ya tenemos la seguridad de que los ingresos de James ascienden a mil cien libras, con servicio parroquial pagado, y nos alegra bastante, tanto la confirmación como la cuantía de los ingresos. Mary no habla del jardín, ya que puede tratarse de un tema que no sea de su agrado, pero su marido está convencido de que no hace falta esperar más para empezar a hacer el nuevo en condiciones, excepto las zanjas; lo que correrá a cargo de sus criados y de John Bond, por partes. Y no al coste al que ascendía hacer las zanjas de la otra manera.

Me alegro de saber, especialmente por Anna, que ya está moviéndose el asunto del baile de Manydown. Se llama el Baile de los Niños. Aunque empezó siendo organizado por la Sra. Heathcote para William, probablemente acabe siendo algo más notorio. Durante su estancia en Manydown, Edward fue invitado a asistir. Va a tener lugar entre ahora y el seis de Enero. La Sra. Hubbert le ha llevado a Anna un par de zapatos blancos para la ocasión.

Me olvidé de decirte en mi última carta que hemos sabido por Kintbury y los Palmer que, a primeros de Noviembre, todos estaban bien en Bermudas.


Miércoles.-

Ayer debió de ser un día triste en Godmersham (era el aniversario de boda de Edward y Eliza en 1791). Me alegro de que ya haya pasado.

El viernes por la tarde lo pasamos con nuestros amigos en la casa de huéspedes, y nuestra curiosidad se vio gratificada por la visión de sus compañeros de alojamiento: la Sra. Drew y la Srta. Hook, el Sr. Wynne y el Sr. Fitzhugh. Éste último es hermano de la Sra. Lance, y es muy caballeroso. Ha vivido en esa casa más de veinte años y el pobre hombre está tan completamente sordo que dicen que no puede oir ni un cañón que se disparara cerca de él. Como no tenía ningún cañón a mano para hacer la prueba, lo dí por hecho y le hablé un poco con las manos, lo que resultó bastante divertido. Le recomendé que leyera Corinna (de Mme. De Stael, ver aquí). La Srta. Hook es una mujer educada y de buen comportamiento. La Sra. Drew también se comporta bien pero no es en absoluto delicada. El Sr. Wynne parece un hombre conversador y bastante sencillo. La Srta.Murden esa tarde era una criatura completamente diferente a lo que había sido anterioremente debido a que, con la ayuda de Martha, esa mañana había encontrado un lugar con muchas posibilidades de resultar confortable. Cuando se marche de Steventon, vendrá a alojarse con la Sra. Hookey, la farmacéutica, pues no hay un Sr. Hookey. No puedo decir que tenga prisa por llegar a alguna conclusión sobre su visita actual, pero me alegré sinceramente de verla tranquila, tanto de ánimo como de mente; quizás a su edad una pueda también llegar a encontrarse sin amigos y, en circunstancias similares a la suya, igual de criticona.

Mi madre ha estado últimamente añadiendo posesiones a la vajilla; una cuchara, una cucharilla de postre y seis cucharillas de té, que han convertido la mesa del aparador en algo magnífico. Han sido principalmente el producto de alguna plata vieja que tenía, y que no utilizaba. He cambiado los 11s en la lista y he puesto 12s. Así, la tarjeta tiene un aspecto inmejorable. También se ha añadido una cucharita para el té, que al menos cumplirá con el objetivo de que, de vez en cuando, nos acordemos de John Warren.

Le he explicado el caso de Lady Sondes a Martha, y tampoco le pone objeción alguna. De hecho, le gusta especialmente el nombre de Montresor. No estoy de acuerdo con ella en esto, pero me gusta mucho su rango, y siempre tiendo a asociar las ideas sobre un gran sentido común y modales muy elegantes con la figura de un General.

Tengo que escribir a Charles la semana que viene. Ya puedes adivinar en qué términos tan extravagantes de elogio habla de él el Conde de Harwood. Todo el mundo tiene un concepto extraordinario de él en toda América.

Si, sí, tendremos un piano forte, tan bueno como lo permitan unas treinta guineas. Y tocaré canciones populares, para que sirvan de diversión a nuestros sobrinos y sobrinas cuando tengamos el placer de su compañía.

Martha le envía su afecto a Henry y le dice que pronto tendrá la factura de la Srta. Chaplin, de unas catorce libras, que habrá de serle abonadas a su cuenta. Pero no se le enviará la factura hasta que esté de regreso a la ciudad. Espero que llegue hasta ti con buena salud y con tan buen ánimo como se lo permita su primera visita de nuevo a Godmersham (tras la muerte de Eliza). Con sus sobrinos se verá forzado a estar alegre, hasta que realmente se sienta así. Cuéntame algo sobre Eliza (la mujer de Henry)pues hace mucho que no sé nada de ella.

Por aquí hemos tenido nieve que ha llegado a cuajar en el suelo durante casi una semana. Ahora se está derritiendo, pues Southampton no puede permitirse presumir por mucho más tiempo.

Todos le enviamos nuestro amor a Edward Jr. y a sus hermanos. Espero que el juego de “Especulación” les guste a todos.

Me despido. Tuya afectuosamente.


JANE AUSTEN


P.D. Mi madre no ha salido a la calle esta semana, pero se encuentra bastante bien. Hemos recibido a través de Bookham noticias más bien indiferentes de tu madrina.



Fuente: Hablando de Jane Austen. Traducidas por Mila Cahue





Jane Austen (1775 – 1817) fue una destacada novelista británica que vivió durante el período de la regencia. Fue la séptima hija de una familia de ocho hermanos. Su padre, un clérigo protestante, se encargó personalmente de su educación. En 1801, los Austen se trasladan a Bath y, tras la muerte del cabeza de familia, primero a Southampton y luego a Chawton, donde la Jane redacta la mayoría de sus novelas.Nunca llegó a contraer matrimonio. Su modo de escribir es apacible, sereno y equilibrado, pero también, la minuciosa y sutil ironía con que describe el ambiente que la rodea, el de la alta clase rural del sur de Inglaterra. Algunas de sus obras son Orgullo y prejuicio, Sentido y sensibilidad  y La abadía de Northanger.

29 agosto 2011

Carta de Camille Claudel a su hermano Paul




Montdevergues, 3 de marzo de 1930.



Querido Paul,

Hoy, 3 de marzo, es el aniversario de mi secuestro en Ville-Evrard: hace 17 años que Rodin y los marchantes de obras de arte me enviaron a hacer penitencia a los asilos psiquiátricos. Después de apoderarse de la obra de toda mi vida sirviéndose de B. para ejecutar su siniestro proyecto me hicieron cumplir años de prisión que bien se merecerían ellos. B. no era más que un agente del que se sirvieron para tenerte al margen y utilizarte para dar este audaz golpe que salió tal y como habían planeado gracias a tu credulidad y a la de mamá y de Louise. No olvides que la mujer de B. es una antigua modelo de Rodin: ahora ves la maquinación de que fui objeto. ¡Qué bonito! ¡todos aquellos millonarios lanzándose contra una artista indefensa! ya que los señores que colaboraron en tan buena acción son todos más de 40 veces millonarios.
¡Parece que mi pobre taller, algunos pobres muebles, algunos útiles construidos por mí misma, mi pobre menaje todavía excitaban su codicia! Como la imaginación, el sentimiento, lo nuevo, lo imprevisto que surge de un espíritu desarrollado es algo que les está vedado, cerrados de mollera, cerebros obtusos, eternamente ciegos a la luz, les hace falta alguien que les provea. Ellos lo decían: "nos servismos de una alucinada para encontrar los temas".
Tendría que haber al menos algunos estómagos agradecidos que supieran compensar a la pobre mujer a la que despojaron de su genio: ¡no! ¡una casa de locos! ¡ni siquiera el derecho a tener mi propia casa!...
(...)

Parece que el principal beneficiario de mi taller es el señor Hébrard, editor de obras de arte, calle Royale. Allí se precipitaron todos mis bocetos (más de 300). Parece que ya unos años antes de mi marcha de París, los bocetos que hacía en Villeneuve tomaban el camino de su casa (por qué milagro? Dios sabe) Los encontré en su casa copiados en bronce y firmados por otros artistas: ¡realmente es demasiado fuerte! ...¡Y condenarme a prisión perpetua para que no reclame!
Todo esto sale en el fondo del cerebro diabólico de Rodin. Sólo tenía una idea, que cuando él muriera yo podría alzar el vuelo como artista y llegar a ser más que él: era preciso que consiguiera tenerme entre sus garras después de su muerte igual que en vida. Era preciso que yo fuera desgraciada muerto él igual que vivo. ¡Lo ha conseguido punto por punto, porque lo que es desgraciada lo soy!
¡Puede que no te importe mucho pero lo soy!
(...)
Estoy muy aburrida de esta esclavitud. Me gustaría mucho estar en mi casa y cerrar bien la puerta.
No sé si podré realizar este sueño, estar en mi casa.
(...)
No tengo noticias de tus hijos.
Muchos saludos para ti y tu familia.
C.




Después de su relación con Rodin, humillada, Camille se encerró en su propio estudio y se aisló del mundo. Los vecinos de su taller la oían aullar todo el día. Su única relación fueron las decenas de gatos que vagabundeaban por el estudio. Una tarde, tres enfermeros echaron la puerta abajo y le colocaron una camisa de fuerza por orden de su familia. Fue ingresada en un sanatorio mental durante 30 años. Destruyó casi toda su obra y nunca más volvió a esculpir nada. Y allí murió, abandonada y olvidada. Al final de su vida recuperó la cordura, pero nadie la reclamó. A pesar de su recuperación y sus ruegos a su hermano Paul, nunca salió de allí.

Fuente: Esta no es mi vida

Extraido de: 'Correspondencia de Camille Claudel'. Editorial Síntesis.

21 julio 2011

Discurso de Federico García Lorca en su pueblo Fuente de Vaqueros







Carta enviada por Ángela M.R (Madrid). Muchas gracias por tu colaboración.




MEDIO PAN Y UN LIBRO


Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, pues sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero también que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano, porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor', y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus campos. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.






El poeta granadino preparó este discurso con motivo de la inauguración de la biblioteca pública de su pueblo, Fuente Vaqueros, en Septiembre 1931.

Fuente:
LdeLectura

14 julio 2011

Carta de Francisco Bolognesi a su esposa






Carta enviada por Samuel Rodriguez Garcia (Perú). Muchas gracias por tu colaboración.




Arica, 22 de Mayo de 1880

Adorada María Josefa:

Esta será seguramente una de las últimas noticias que te lleguen de mí, porque cada día que pasa vemos que se acerca el peligro y que la amenaza de rendición o aniquilamiento por el enemigo superior a las fuerzas peruanas son latentes y determinantes. Los días y las horas pasan y los oímos como golpes de campana trágica que se esparcen sobre este peñasco de la ciudadela militar, engrandecida por un puñado de patriotas que tiene su plazo contado y su decisión de pelear sin desmayos en el combate para no defraudar al Perú.
¿Qué será de ti amada esposa, tú que me acompañaste con amor y santidad?
¿Qué será de nuestra hija, de su marido, que no me podrán ver y sentir en el hogar común?
Dios va a decidir este drama en que los políticos que fugaron y los que asaltaron el poder tienen la misma responsabilidad, unos y otros han dictado con su incapaz conducta, la sentencia que nos aplicará el enemigo.

Nunca reclames nada para que no crean que mi deber tuvo precio.

Besos para ti y Margarita, abrazos a Melvin.

Francisco Bolognesi Cervantes





Francisco Bolognesi Cervantes (Lima, 1816 - Arica, 1880) fue un militar peruano que participó defendiendo a su país en la Guerra con Chile. Es considerado Héroe Nacional del Perú, fue declarado Patrono del Ejército del Perú por el gobierno en 1951 y le nombraron Gran Mariscal del Perú. Además de militar, fue comerciante y gobernador del Callao. Falleció en la batalla de Arica, el 7 de junio de 1880.
Antes de dicho enfrentamiento, ante un emisario chileno que pidió la rendición de la guarnición, Bolognesi dijo: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho"

18 abril 2011

Carta de la madre de Fernando Lores Tenazoa al alcalde de bajo Amazonas







Carta enviada por Samuel Rodriguez Garcia (Perú). Muchas gracias por tu colaboración.




Iquitos, 26 de junio de 1933

Señor Alcalde del Consejo Provincial de bajo Amazonas ciudad.

Acudo a Ud. recibo de los oficios nº 288 y 289 en donde me comunica que ha sido cambiado el nombre de la Avenida Pastaza; anteriormente Avenida Leguía con el nombre de mi hijo Sargento Fernando Lores, muerto en cumplimiento de su deber en el combate del güeppi el día 26 de marzo del presente año. Agradezco de corazón por la justicia de ese digno consejo de su presidencia; y a la vez quiero comunicarle Sr. Alcalde, que si continúa el conflicto, ofrezco a la patria, el contingente de mi hijo Julio Lores que actualmente se encuentra en Ica; y estoy segura que también sabrá cumplir con su deber de soldado. Dios guíe a Ud.

María Tenazoa Vásquez






Fernando Lores (1906-1933) fue el representante de la heroicidad del soldado loretano. Fue un joven deportista, nacido en Iquitos, en una cuna humilde. Viajó a Lima, e ingresó como voluntario al ejército en 1928. Fue ascendido a sargento en 1930. En 1931 volvió a Iquitos. En 1933 le envían a la guarnición de Gueppí, en el Putumayo, donde demostró todo su coraje y valor luchando contra las naves colombianas. Herido mortalmente, siguió luchando, hasta que debilitado y sin cartuchos, cayó sobre un charco de sangre lanzando un "Viva al Perú". Murió a los 27 años. Como homenaje a su acción y perennizando su memoria, la Escuela Técnica del Ejército lleva su nombre.

Fuente: Atlas Departamental del Perú. Primera edición, 2003. Ediciones Peisa S.A.C. Lima, Perú.

02 marzo 2011

Cartas de Francisco de Goya






A FRANCISCO SABATINI, arquitecto italiano.




Razón de los quadros que yo Don Francisco Goya he executado para Su Magestad que Dios guarde, de orden del Señor Don Francisco Sabatini, Brigadier de los Reales exércitos de Su Magestad y su primer Arquitecto, deviendo serbir de exemplares para los Tapices que an de adornar la pieza donde comen los Sereníssimos Señores Príncipes en el Real Palacio de San Lorenzo, cuyos assumptos y medidas son los siguientes, según consta por el adjunto recibo que presento del Director de la Real Fabrica de Tapices, con sus respectivos precios.

Un quadro que representa un Jabali acosado de quatro perros, tres agarrados a el y uno por tierra vencitlo, y quatro Cazadores que con las bayonetas ban a acabarlo, y su pais correspondiente. De diez pies, y medio de alto, y seis, y medio de ancho. El valor de este quadro es 5.000 reales vellón.

Dos quadros que son sobre ventanas, en el uno están pintados dos perros de caza atados; en el suelo dos escopetas, volsas, frasco, y morral, y su pais correspondiente. En el otro ay pintada una Red colgada de un Arbol, y un perro que sale por debaxo de ella en el suelo una Jaula con un mochuelo dentro, y a el lado otra Jauia con un gilguero, y tres paxaros que vienen bolando acia el mochuelo, el valor de estos dos quadros es 2.500 reales vellón.

Una Rinconera que Representa un cazador cargando su escopeta, y un perro descansando a primer termino, un poco mas atras dos Cazadores ablando, su precio es 1.500 reales vellón.

Otra Rinconera que representa un Cazador que se ba, y lleba dos perros atados, y otro mas apartado a caballo, y su pais correspondiente, su precio es 1.500 reales vellón.

Madrid y Mayo à 24 de 1775.

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Razón de unos quadros que yo Francisco Goya, de mi invención, he ejecutado para Su Magestad que Dios guarde, de orden del Señor Don Francisco Savatini, Cavallero del orden de Santiago, Brigadier de los Reales Exércitos de Su Magestad y su primer Arquitecto deviendo servir de ejemplares para los tapizes que an de adornar la pieza donde comen los Serenissimos Señores Príncipes en el Real Palacio del Pardo.Representa el primero, huna venta que an llegado caleseros y arrieros de barias probincias de España, y después de descansar se pusieron a jugar a los naipes y sobre el juego armaron una camorra, y un Murciano, lleba a dos a mal andar, otro por despartir le tira de la chupa y le a roto por la aldilla. Otro por el mismo fin les amenaza con una rama de leña en las manos. Este primer grupo tiene cinco figuras. Ay dos luchando en el suelo, cuasi en el mismo término y otro que no tiene tanto espiritu que está con una piedra en la mano en ademán de querer huir. A la puerta de la venta ay barios: el ventero recoje el dinero y otro que ba a bajar de un caballo con una pistola. Toda la conposición de este cuadro tiene trece figuras y algunas que asoman a lo lejos. Su ancho es dieciseis pies y doze dedos. Alto nuebe pies y trece dedos. Su valor diez mil reales de vellón.

El segundo representa un paseo de Andalucia que lo forma una arbolada de Pinos, por donde ba un Jitano y huna Jitana paseando y un chusco que esta sentado con su capa y sonbrero redondo, su calzón de grana con chareteras y galones de oro, media y zapato corespondiente, parece aberle echado alguna flor a la Jitana, a lo que el aconpañante se para para armar camorra y la Jitana le insta a que ande; ay dos amigos del de el sonbrero redondo acechando aber en qué para. Estas cinco figuras están en primer termino y otras tres que estan más lejos. Su Alto nuebe pies y trece dedos, su ancho seis pies y trece dedos. Su valor cinco mil reales de vellon.

El tercero representa huno que está bebiendo con una bota a la catalana y un muchacho a su lado (sentados anbos) comiendo un rábano y media libreta; detrás ay tres figuras como que ban por un camino. Su ancho, cinco pies y siete dedos, alto tres pies y onze dedos. Su balor mil y quinientos reales de bellon.

El quarto representa una muchacha sentada en un ribazo, con un perrito en el alda, a su lado un muchacho en pie aciéndole sonbra con un quitasol. Su ancho cinco pies y siete dedos, alto tres pies y trece dedos, su valor mil y quinientos reales de vellón.

Madrid 12 de Agosto de 1777.

Francisco Goya

Suman los cuatro: 18.000 reales de vellón

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A MARTÍN ZAPATER, comerciante aragonés y amigo de la infancia.



1781.10.20. Madrid


Martin mío: Con tus cartas me prebalico, pues si no tubiera el enpeño del cuadro, me arrebataria a irme contigo. Porque es tanto lo que me gustas y tan de mi genio que no es posible el encontrar otro; y cree que mi vida seria el que pudiesemos estar juntos y chocolatear y gastarme mis beintitres reales que tengo con sana paz, y en tu conpañía me pareceria la mayor dicha del mundo. Pero qué poltroncitos que nos bolberíamos. Y en realidad no ay otra cosa que apetecer en este mundo. Con que si me escribes por ese estilo me revientas y me aces pasar unos ratos que me estoy ablando solo y contigo oras y me allo burlado de ber que es mentira y que tal bez mi suerte no me lo permitirá (y que creo que 23 reales es poquito para ese dichoso fin). Bete a la mierda que las ferias a mas de ser friolera lo que me an costado, se las regalo yo a la niña de Manuel y las llebó antes de ayer el chico de Delgado y no le he dado nada del porte porque nos sacaría a los dos con esa friolera que no pesa 4 libras.

Mucho me alegro que mateis caza. Yo aqui no puedo salir porque cuestan las cazerías y como sabes que los 30.000 los puse en destilación no est~y para fiestas. Esto no es decir que me falte gracias a Dios, pero no podré este año pagarle a Goycoechea el gasto que ayan echo mis padres asta ber las resultas y la paga de este gran quadro, que si lo an de pagar como se puede suponer an de dar treinta mil. Con que Dios me saque con bien.

Da memorias a doña Joaquina con don Antonio, a tus padres y hermanos y a todos los amigos y a Pallás que no tengo umor de bolberlo loco que Torra dice que se caga en él. Camilo parece que quiere benir a las oposiciones de Toledo y es ya tienpo. Manda a tu Paco que te adora.

Siento mucho que Ramirez esté con tercianas; dale memorias.

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Queridito Martin. Estoy flaco y no trabajo mucho. Aun no he acabado el retrato a caballo de la Señora del Infante, pero le falta poco. Para San Francisco se ban a descubrir los quadros de su Iglesia; abrá mucha bulla porque ya enpieza desde aora; allá se berá cómo salimos. Le he dicho a Ferrer lo que me dices, y dice que no estubo en él el no aberte llebado el dibujo de las flores.

As sido un collón de mierda, que yo te esperaba con toda el alma alegre y aora estariamos juntos biendo muchas cosas que no as bisto ni berás tan pronto; y no te quiero decir más porque no te mueras de pesadumbre.

A Goycoechea le respondí de los dibujos. No se qué determinación abrá tomado; mucho me alegro que lo ayan echo el director de ese ramo.

Porque no me da la regana, no te quiero escribir más si te aré la Virgen en benir de Arenas.

Tuyo del alma.

Francisco de Goya

2 de Julio de 1784.

Ferrer y yo no ablamos de otra cosa que de ti (y no lo mereces).

Querido Martín.

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Querido Martin mío: Ciertamente que acia ya mucho tiempo que nada sabíamos huno de otro.

Yo he estado sirbiendo al serenisimo Señor Infante don Luis. Seria muy largo el decirte las satisfacciones que le he merecido. He muerto alli muchísima perdiz pues me dio permiso para ello. Ha sentido muchisimo que me hiciesen benir a Madrid con el motibo de mandar el Rey se concluya la Iglesia de San Francisco, pues parece que ba y quíere allí celebrar la función de los ábitos. Yo estoy dando los últimos retoques a mi quadro que ya oyrás ablar como de todos los demás, pues es función muy esperada entre los profesores y deleitantes de las artes. Los otros pintores acen lo mesmo, menos mi cuñado que a respondido que a últimos de este bendrá de Toledo y que su quadro no tiene que tocar.

De intereses me ba muy bien. El Infante me dio treinta mil reales en gratificación de dos quadros que le he pintado; quatro quadros que pinté por orden del Consejo de ordenes; ay te enbio una copia de la carta que me an onrrado con el bien entendido, que el uno representa una Concepción, otro San Bernardo, San Benito en otro, y San Raimundo, los quatro figuras del natural. Esto te he de merecer que lo enrredes de modo que no me empiecen a sacrificar los míos a cartas pidiendo, pues te diré la determinación que tengo en mi mente en otra carta. Mi muger está de 8 meses enbarazada y a echo su biaje con felicidad. Tambien mereció que los señores la hiciesen subir a Palacio y acompañarla enseñándole lo bistoso de él.

Siento la yndisposición de tu amada madre. La mía quiere bolberse a Zaragoza y estamos esperando una buena ocasión, con que será menester que por tu mano reciban lo que yo les de.

Siento que tu no te ayas dibertido en la ocasión de tanta perdiz. A Dios, y manda, que solo por ti y Goycoechea aria un biaje de buena gana.

Francisco de Goya

Madrid 13 de Octubre de 1784.

Querido Martin Zapater.

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Querido Martin de mi alma: Nada te puedo decir de la bata, porque está mi muger el tienpo que ha que parió en cama y ace tres o quatro dias está algo peor: con que si ha de ser al gusto de ella, el dia que pueda salir de casa serás servido. Yo estoy bueno a Dios gracias.

Camilo ha estado estas fiestas en casa y lo está tanbien. Si quieres acerme el fabor de acer saber a mi madre que estamos buenos Camilo y yo, y que se anime asta que podamos hir a berla.

De mis cosas na [sic] ay nada por arriba ni creo que habrá, aunque yo no he podido desear mas de lo que ha pasado en este certamen de San Francisco. Ya oyrás decir cosas ordenadas del que todo lo puede que ay causarán más admiración que no aquí; no te las quiero ni apuntar asta berlo si se berifica aunque aqui ya es publico en palacio.

Amigo: lo que querian acer conmigo les sucede y de otro modo; que porque lo sabrás precisamente, si sucede, no quiero que salga de mi.

Otra te escriviré con más sosiego y a Dios. Manda a tu más afectisimo amigo.

Francisco de Goya

Amigo: se me pasó el dia de correo y la escribí con equibocacíon.

Madrid 14 de enero de 1785.

Querido Martín.

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Querido Martín: Como hiba diciendo en mis anteriores boy a ber si me dejan satisfacer mi gusto en escrivirte largo, ya que estoy cojo de una caida que tubimos con el birlocho que ya estaba medio ajustado en 90 doblones que es cierto que es alaja (no ay sino tres en Madrid como el): es la ynglesa y echo allá, tan ligero que no se encontrara más que él con un errage excelente dorado y charolado; baya, aun aqui se para la gente a berlo. Salimos a probarlo con un caballo que tanbién conpraba muy bueno ya de diez años pero con todas las circunstancias de bueno para el fin; hibamos su dueño y yo tan grandemente bellismo mobimiento y en nada parece que cabia mejora. Fuera ya de Madrid enpezamos a correr grandemente; llebaba yo los cordones y me dijo: “quiere Vuestra Merced que le aga yo rebolber a la napolitana?” (que él lo era). Le di los cordones deseoso de ber alguna cosa nueba y aprenderla; y corriendo a galope como hiba en lo ancho del camino que aunque era ancho no hera para himaginar lo que el executó, con que la buelta fue que fuimos a parar birlocho, caballo y nosotros, dando bolteretas; y muchas gracias a Dios de lo poco que fue, que el peor librado fui yo, y no es mas que estar desde el dia de San Tiago que sucedió asta oy, que espero a mi cirujano de Camara a ber si me da licencia de andar algo, que por el tubillo la pierna drecha es la ofendida, pero no ay rotura ni dislocación.

Me abia yo establecido un modo de vida enbidiable; yo no acia antesala ninguna, el que queria algo mio me buscaba; yo me acia desear mas y sí no era personage muy elebado, o con empeño de algun amigo no trabajaba nada para nadie; y por lo mismo que yo me acia tan preciso no me dejaban (ni aun me dejan) que no se cómo he de cumplir, estando asi tan inpensado como puedas tu estar de lo mas remoto. Sabia yo que abia pretendientes por el ramo de tapices, y no me interesaba mas que alegrarme de que algunos profesores de los de más merito tubiesen su acomodo. Hun dia me henbió a llamar Bayeu (que no corriamos mucho) lo que me causó mucha estrañeza; me enpezó a decir que el servicio de el Rey siempre era apetecible y que él abia enpezado con doce mil reales y que estos los cobraba por mano de Mengs y solo por ayudante suyo, y que aora tenia yo mejor proporción para entrar a servir al Rey con Ramón y que ya estabamos consultados por que a él y a Maella les abia bajado una orden del Rey que se buscasen los mejores pintores que ubiere en España y que propusiesen uno cada uno; y que él abia propuesto a su Hermano y que abia echo de modo que Maella me propusiera a mi para pintar los exemplares para la fábrica de tapices y cualquier otra clase de obra para el Real servicio, con quince mil reales anuales. Yo le di las gracias y me quedé sin saber lo que me sucedia: de alli a dos días ya tubimos el abiso de que el Rey ya lo abía decretado en los mismos términos que se a dicho; de modo que cuando yo lo supe ya estaba decretado y abisado a tesoreria general. Fuimos a besar la mano al Rey, Principe, Ynfantes etc. y cátame aqui, sin saber cómo, echo todo el fregado.

Con lo que yo tenia conpongo poco más de 28.000 reales, que no quiero más gracias a Dios, lo que te ofrezco con las beras que sabes: no tienes que decir que no estoy ablador.

Darás memorias a Don Juan Martin y esta adjunta az que la reciva mi Hermana. Tuyo y siempre tuyo.

Francisco de Goya

Madrid 1 de Agosto de 1786.

No he visto aun a Pallás para darle la carta.

Querido Martín.





Francisco de Goya y Lucientes (Zaragoza, 1746 – Francia, 1828) fue un pintor y grabador español, considerado uno de los grandes maestros de la pintura de su país. Marcado por la obra de Velázquez, influyó en gran parte de la pintura contemporánea. En 1771 se fue a Italia, donde pasó aproximadamente un año. En 1789 fue nombrado pintor de cámara por Carlos IV y en 1799 ascendió a primer pintor de cámara, decisión que le convirtió en el pintor oficial de Palacio. En 1824 decidió exiliarse a Francia. Allí, en Burdeos trabajó la técnica de la litografía. Aunque hizo una breve visita a Madrid en 1826, murió dos años más tarde en el exilio, en Burdeos.

Fuente: Universidad de Zaragoza.

Cartas pertenecientes a "Francisco de Goya, Diplomatario", de Ángel Canellas López. Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1981.

28 febrero 2011

Carta de Miguel Grau a Carmela Carvajal





Carta enviada por Sergio Labarthe (Lima, Perú). Gracias por tu colaboración.







Monitor Huáscar

Al ancla, Pisagua, Junio 2 de 1879

Dignísima señora:

Un sagrado deber me autoriza a dirigirme a Ud. y siento profundamente que esta carta, por las luchas que va a rememorar, contribuya a aumentar el dolor que hoy justamente debe dominarla. En el combate naval del 21 próximo pasado que tuvo lugar en las aguas de Iquique, entre las naves peruanas y chilenas, su digno y valeroso esposo, el capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la “Esmeralda”, fue como usted no lo ignorara ya, victima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su patria. Deplorando sinceramente tan infausto acontecimiento y acompañándola en su duelo, cumplo con el penoso y triste deber de enviarle las para usted inestimables prendas que se encontraron en su poder, y que son las que figuran en la lista adjunta. Ellas le servirán indudablemente de algún consuelo en medio de su desgracia y por eso me he anticipado a remitírselas.

Reiterándole mis sentimientos de condolencia, logro, señora, la oportunidad para ofrecerle mis servicios, consideraciones y respetos con que me suscribo de usted, señora, muy afectísimo seguro servidor.

Miguel Grau

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Carmela Carvajal le responde con esta carta:


Señor don Miguel Grau

Distinguido señor:

Recibí su fina y estimada carta fechada a bordo del “Huáscar” en 2 de junio del corriente año. En ella, con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraban sobre la persona de mi Arturo, prendas para mí de un valor inestimable por ser, o consagradas por su afecto, como los retratos, o consagradas por su martirio como la espada que lleva su adorado nombre.

Al proferir la palabra martirio no crea usted señor, que sea mi intento inculpar al jefe del “Huáscar” la muerte de mi esposo. Por el contrario, tengo la conciencia de que el distinguido jefe que, arrostrando el furor de innobles pasiones sobreexcitadas por la guerra, tiene hoy el valor, cuando aún palpitan los recuerdos de Iquique, de asociarse a mi duelo y de poner muy alto el nombre y la conducta de mi esposo en esa jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo poniendo en mis manos una espada que ha cobrado un precio extraordinario por el hecho mismo de no haber sido jamás rendida; un jefe semejante, un corazón tan noble, se habría, estoy cierta, interpuesto, de haberla podido, entre el matador y su víctima, y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su patria como desastroso para mi corazón.

A este propósito, no puedo menos de expresar a usted que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua.

Profundamente reconocida por la caballerosidad de su procedimiento hacia mi persona y por las nobles palabras con que se digna honrar la memoria de mi esposo, me ofrezco muy respetuosamente de usted atenta y afma. S.S.

Carmela Carvajal de Prat





Miguel Grau Seminario (Perú, 1834 - Bolivia, 1879) fue un marino, almirante de la Marina de Guerra del Perú y destacado patriota peruano. Entre los años 1879 y 1883 se produce la Guerra del Pacífico, y Grau se enfrenta en el combate de entre Perú y Chile, siendo el vencedor en el Combate Naval de Iquique. En un gesto de caballerosidad, le envía una carta a Carmela Carvajal, viuda del capitán Arturo Prat, comandante de la Esmeralda, muerto en la cubierta del Huáscar. Una carta en la que elogiaba la actuación de su esposo y le enviaba algunas de sus prendas personales, entre ellas su espada.


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