Blogger Template by Blogcrowds

11 agosto 2007

Carta de Dorothy Thompson a Sinclair Lewis

No puedo recordar que tu jamás me preguntaras qué deseo, pese a los años que llevamos viviendo juntos. Pero lo que no quiero es un divorcio, y no voy camino a obtener uno. Yo conozco las leyes de divorcio de Vermont, en una época, lo confieso, yo pensé en divorciarme. Eso fue a causa de la brutalmente desconsiderada manera de tratar nuestra relación en tu affair con Marcella, yendo tan lejos como para presentársela a Wells como su futura "madrastra". Eso me llenó de una ira ciega, y pensé que debía evitarme cualquier futuro insulto de ese tipo. Pero la real base de mi relación hacia tí es que yo no puedo albergar ninguna rabia o sentimiento siquiera normal de resentimiento contra tí que perdure, o que cambie mis sentimientos. "Esta es su manera de ser", es la única respuesta que puedo encontrar...Cientos de veces, Hal, tú me prometiste que nunca te dejaría y jamás me divorciaría de tí. Por qué debería creer que decías aquello y querías decir esto, o que tú no conocías tu propio pensamiento entonces y lo conoces ahora. Yo nunca seré capaz de repudiar nuestro matrimonio, ni ante mí misma. Ahora me dices de hacerlo público. Semejante paso sería una insportable auto violación...

De una manera curiosa me estás diciendo una vez más de hacer algo juntos -hacer común una aversión así como una vez me rogaste hacer común un amor-. Pero no puedo. Esto no es en común. Todo este asunto sería un fraude sin atenuantes. Eso no me haría libre. Yo viviré contigo, en un sentido, hasta el fin de mis días. ¿No ves, Hal, que estás pidiéndome que expulse tu resentimiento? Y me pides, tratando de chantajearme con el niño, sabiendo cuán profundamente yo deseo que tenga un padre.Pero tu relación con Michael depende de tu relación con Michael, y yo no influenciaré esos sentimientos. Sólo lo que tú hagas los influenciarán. Tanto si te importa de él, como si no. Que yo obtenga el divorcio no despertará amor en tu corazón por nuestro hijo, si no está allí... Yo aún vivo cada día con la loca ilusión de que la puerta se abrirá y tú regresarás -como si fuera de Bermudas-. Yo sé con mi despiadado intelecto que tú no volverás a casa, pero hay reinos más allá de la inteligencia y fuera de toda lógica.

0 comentarios: