Hendaya, 15-IV-1928
Sr. D. Manuel Gálvez en Buenos Aires
¡El tiempo que hacía que apenas sabía de usted, amigo mío! ¡Y lo que ha llovido en nosotros desde entonces! Yo pasé del rejuvenecimiento al reaniñamiento.
He recibido el número diez de Síntesis que me envió usted y no otro. De la tal revista no conozco sino dos números, el 1° y el 10°. Dígaselo al Sr. Noel, así como que recibí el pago de ese artículo. Y en cuanto a continuar escribiendo en la revista, dígale usted también, y de mi parte, que quiero saber qué se hizo de otro artículo, el primero, que mandé allá a pedido de Bóveda -y que se cruzó en el mar con éste-, y que si no les conviene publicarlo, yo podría colocarlo en otra parte y no guardo copia de él. Y no creo que rece conmigo lo de "no se devuelven los originales" Y basta de esto que me es poco agradable.
De lo que usted dice de mi filosofía, ¿qué quiere que le diga? Algún día escribiré unos Comentarios a los comentarios, sobre todo a los ingleses, que se ha hecho de mi obra. [...]
Otra cosa, ¿cree usted de veras que en casi todos los paganos faltaba congoja dolorosa? Si hubiera usted pasado más de treinta años leyendo, haciendo traducir y comentando en clase a los clásicos griegos -y mi clase era acaso aquella en que más se traducía, y variando de textos casi todos los años- acaso no pensaría usted así. Cuando alguna vez me han dicho si he tomado ciertos temas de Nietzsche -a quien todavía conozco muy mal y fragmentariamente- respondo que él y yo -era también profesor de griego- lo hemos tomado de la misma fuente, de la sofística helénica. Y él, además, del nutridísimo libro Psyche, de su amigo y maestro Erwin Rhode. Pero los que han leído a los griegos traducidos y a Nietzsche también traducido... y hay cosas, en griego y en alemán, más que en otras lenguas, intraducibles.[...]
¿Volveremos a correspondernos, no? Salude a los compañeros, en especial a Borges
Muy su amigo
Miguel de Unamuno
Sr. D. Manuel Gálvez en Buenos Aires
¡El tiempo que hacía que apenas sabía de usted, amigo mío! ¡Y lo que ha llovido en nosotros desde entonces! Yo pasé del rejuvenecimiento al reaniñamiento.
He recibido el número diez de Síntesis que me envió usted y no otro. De la tal revista no conozco sino dos números, el 1° y el 10°. Dígaselo al Sr. Noel, así como que recibí el pago de ese artículo. Y en cuanto a continuar escribiendo en la revista, dígale usted también, y de mi parte, que quiero saber qué se hizo de otro artículo, el primero, que mandé allá a pedido de Bóveda -y que se cruzó en el mar con éste-, y que si no les conviene publicarlo, yo podría colocarlo en otra parte y no guardo copia de él. Y no creo que rece conmigo lo de "no se devuelven los originales" Y basta de esto que me es poco agradable.
De lo que usted dice de mi filosofía, ¿qué quiere que le diga? Algún día escribiré unos Comentarios a los comentarios, sobre todo a los ingleses, que se ha hecho de mi obra. [...]
Otra cosa, ¿cree usted de veras que en casi todos los paganos faltaba congoja dolorosa? Si hubiera usted pasado más de treinta años leyendo, haciendo traducir y comentando en clase a los clásicos griegos -y mi clase era acaso aquella en que más se traducía, y variando de textos casi todos los años- acaso no pensaría usted así. Cuando alguna vez me han dicho si he tomado ciertos temas de Nietzsche -a quien todavía conozco muy mal y fragmentariamente- respondo que él y yo -era también profesor de griego- lo hemos tomado de la misma fuente, de la sofística helénica. Y él, además, del nutridísimo libro Psyche, de su amigo y maestro Erwin Rhode. Pero los que han leído a los griegos traducidos y a Nietzsche también traducido... y hay cosas, en griego y en alemán, más que en otras lenguas, intraducibles.[...]
¿Volveremos a correspondernos, no? Salude a los compañeros, en especial a Borges
Muy su amigo
Miguel de Unamuno
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