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09 septiembre 2007

Cartas de Ignacio Agramonte a Amalia Simoni

Ignacio Agramonte y Loynaz fue un patriota y brillante jefe militar cubano que desempeñó un decisivo papel en los acontecimientos militares y políticos vinculados a la Guerra de los Diez Años por la independencia de Cuba. En agosto de 1866 contrae matrimonio con Amalia Simoni, quien sería el amor de su vida.

Gracias Paquita por tu colaboración.


Camagüey, abril 1 de 1871.

Ángel mío, Amalia idolatrada:

¡Con cuánta alegría, leí ayer tus cartas del 26 de Agosto y 29 de Septiembre! ¡Muy atrasadas son; pero hace tiempo que no leía carta tuya! Antes solo había recibido una, creo que del 7 de Septiembre. ¡Cuánto he gozado con la pintura que me haces de nuestro Ernesto y de sus gracias! ¡Ay, quién te viera y quién lo viera a él! De nuestro segundo chiquitín, nada sé. Supongo que por una de Simoni del 28 de diciembre que habrá nacido en los primeros días, de este año. ¡Como lucha el corazón, bien mío, uno y otro día, en todos los momentos de la vida, con esa separación de las prendas que así adora! ¡Que honda amargura encierra el pecho, porque no te veo, y vivo lejos de ti! Y sin embargo me siento dichoso cuando pienso en que amas y que con frecuencia piensas en mí.
Pancho Agramonte (hijo) me ha dado algunas noticias de ti y de la familia, pero insuficientes, y las cartas que traía se perdieron.

No tengas cuidado por Mª, fuera de los combates, donde hago lo que es de mí, deber hacer, me cuido bastante. Ni creas que carezco de cosas indispensables, hasta ahora siempre he tenido dos o tres mudas de ropas, y aquí son tan pocas las necesidades. En cuanto a enfermedades no he tenido ni la más ligera fiebre. Puedes estar tranquila, mi dulce bien, y confiemos en que nuestra dicha al volver a juntarnos, y la libertad de Cuba, compensen pronto todos los sacrificios.
No puedo extenderme más, el portador que será el Gral. B. Varona está preciso (lleva una comisión importante) y quiere otras cartas. Le encargo haga una visita a la familia, y que te cuente todas las cosas de por acá.

Cariñosos recuerdos a Manuelita, Matilde y Ramón (a Simoni le escribo) y un millón de besos a los chiquitines.
Tú, Amalia idolatrada, recibe toda el alma, que te adora delirante, tu esposo

Ignacio.
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Camagüey, Enero 12 de 1871.

Adorada Amalia mía:

Sin esperanzas de que ésta llegue a tus manos, te dirijo solo algunas palabras para que tengas noticias de mí, si por ventura logra pasar por un conducto seguro. Sólo he recibido una tuya, contestada ya; ¡Cómo se hacen aguardar tus cartas! ¡Cómo ansío saber de ti y de nuestro Ernesto! Supongo que no ha nacido aún el americanito.
Nuestras noches son bastantes frescas: dormimos casi siempre con fuego. ¡Cómo pienso entonces en que quizás sufren tú y nuestro chiquitín, con el frío de New York!
Ya la resignación en lo tocante a nuestra ausencia se agota y hace aumentar mi odio a los españoles. ¡Cuánto nos ha hecho sufrir la separación! Cuba exige grandes sacrificios; pero Cuba será libre a toda costa. Las contrariedades más nos exaltan, y más indomables nos hacen.

En estos días me ha ofrecido nuevamente el gobierno el mando del Distrito de Camagüey, y aunque están allanados los inconvenientes de más importancia, aún hay otros secundarios que no se si serán superados.
Mestre me escribe con fecha de agosto, y entre otras cosas me dice que sabiendo habías llegado se proponía ir a verte. ¡Cómo agradezco a mis amigos las atenciones que tengan contigo!

Di muchas cosas a Simoni y a toda la familia y has una visita a mamá y a mis hermanos. No les escribo esta vez por la razón indicada antes.
Un millón de besos a nuestro Ernesto; cuídate mucho y recibe la expresión más vehemente del eterno amor de tu compañero que te idolatra ciego.

Ignacio.

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