De Ernest a Marlene
Mi muy querida Marlene: Te escribo ésta en la mañana temprano, a la hora en que la gente humilde y los soldados y marineros suelen levantarse, para enviarte unas letras por si te sientes sola o algo así.
Te beso fuerte. (...) Estaba demasiado caluroso para hacer el amor, salvo debajo del agua, y yo nunca fui muy bueno para eso.
Te estás poniendo tan bella que tendrán que hacer fotos para tu pasaporte de tres metros de alto. ¿Qué es lo que realmente quieres hacer de tu vida? ¿Romper el corazón de todos por una moneda de diez centavos? Siempre podrías romper el mío por una de cinco centavos y yo pondría la moneda. (19 de junio de 1950)
Marlene, te amo por encima de todas las cosas, y lo sabes perfectamente (Cuba, 1950).
Sigue enfadada todo lo que quieras. Pero detente en algún momento, hija, porque sólo hay una como tú en el mundo, y nunca jamás habrá otra, y me siento muy solo en este mundo cuando tú te enfadas conmigo (23 de mayo de 1950)
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De Marlene a Ernest
Querido Papa. Creo que ya es hora que te diga que pienso en ti constantemente. Leo y releo tus cartas incesantemente y hablo de ti con ciertos hombres. He movido tu foto a mi cuarto y la miro con cierta debilidad. (1951)
Los artistas se conocieron a bordo de un crucero en 1934, y a partir de ese momento, un encendido amor literario nació entre ambos. Él tenía 50 años y ella 47. Cartas, telegramas y notas alcanzadas por terceros circularon entre los dos. El escritor Ernest Hemingway y la actriz Marlene Dietrich, se prodigaron mutua admiración y coquetería en este intercambio epistolar (30 cartas entre 1949 y 1953)
Mi muy querida Marlene: Te escribo ésta en la mañana temprano, a la hora en que la gente humilde y los soldados y marineros suelen levantarse, para enviarte unas letras por si te sientes sola o algo así.
Te beso fuerte. (...) Estaba demasiado caluroso para hacer el amor, salvo debajo del agua, y yo nunca fui muy bueno para eso.
Te estás poniendo tan bella que tendrán que hacer fotos para tu pasaporte de tres metros de alto. ¿Qué es lo que realmente quieres hacer de tu vida? ¿Romper el corazón de todos por una moneda de diez centavos? Siempre podrías romper el mío por una de cinco centavos y yo pondría la moneda. (19 de junio de 1950)
Marlene, te amo por encima de todas las cosas, y lo sabes perfectamente (Cuba, 1950).
Sigue enfadada todo lo que quieras. Pero detente en algún momento, hija, porque sólo hay una como tú en el mundo, y nunca jamás habrá otra, y me siento muy solo en este mundo cuando tú te enfadas conmigo (23 de mayo de 1950)
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De Marlene a Ernest
Querido Papa. Creo que ya es hora que te diga que pienso en ti constantemente. Leo y releo tus cartas incesantemente y hablo de ti con ciertos hombres. He movido tu foto a mi cuarto y la miro con cierta debilidad. (1951)
Los artistas se conocieron a bordo de un crucero en 1934, y a partir de ese momento, un encendido amor literario nació entre ambos. Él tenía 50 años y ella 47. Cartas, telegramas y notas alcanzadas por terceros circularon entre los dos. El escritor Ernest Hemingway y la actriz Marlene Dietrich, se prodigaron mutua admiración y coquetería en este intercambio epistolar (30 cartas entre 1949 y 1953)
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