Blogger Template by Blogcrowds

09 enero 2009

Carta de Goethe a Christiane Vulpius

10 de septiembre de 1792

Te he escrito muchas cartas y no sé cuándo las recibirás. Me negaba a numerar las páginas, pero ahora he empezado a hacerlo. De nuevo verás que me encuentro bien. Ya sabes que te quiero muchísimo. ¡Ojalá estuvieras ahora conmigo! Aquí hay camas grandes en todos sitios, así que no tendrías que quejarte como haces en casa algunas veces. ¡Ah, querida mía! No hay nada mejor que estar juntos.

Tenemos que recordárnoslo mutuamente cuando volvamos a estarlo (…)

(…) ¡Solo sigue amándome! porque, en ocasiones, en mis pensamientos, me vuelvo celoso e imagino que otro pudiera atraerte más, ya que creo que hay muchos hombres más apuestos y agradables que yo. Pero tú no debes darte cuenta porque tienes que pensar que soy el mejor ya que te amo terriblente y no me gusta nadie excepto tú. Sueño contigo a menudo, todo tipo de cosas confusas, pero, siempre, que nos amamos. Y así debe seguir siendo (…)

(…) Cuando no poseía tu corazón, qué me importaba todo lo demás; ahora que lo tengo, me gustaría conservarlo. A cambio, yo también soy tuyo. Besa al niño, dale recuerdos a Meyer y ámame.



Cuando regresó a Weimar en 1788, Goethe se enfrentó con dificultades inesperadas. Encontró oposición a sus nuevos principios literarios y se ganó la enemistad de algunos círculos de la corte por llevarse a vivir con él a una joven, Christiane Vulpius, que en 1789 le dio un hijo, y en 1806 se casó con ella.

0 comentarios: