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05 abril 2009

Cartas de Enrique Jardiel Poncela



Pleuresía, alhajas por 4.100 pesetas, alcaldes que no responden y subvenciones que nunca llegan son algunos de los asuntos que preocupaban a Jardiel Poncela entre 1948 y 1950. Las cartas fueron publicadas en "El Cultural" y están dirigidas al escritor Miguel Martín.



Papeletas de empeño:


1948

Querido Miguelito:

Ahí tienes las 4 papeletas del Monte con las correspondientes autorizaciones a tu nombre y el mío, para retirar las alhajas, previo el pago de 4.100 pesetas (y unos duros más de intereses) que también incluyo.
El edificio de Alhajas es el más lejano del Cómico de la plaza de las Descalzas. En la primera ventanilla adonde te hagan acudir para desempeñar puedes dar mi nombre al empleado pues así -por lo menos- no te harán esperar mucho.
Y si crees que ha de darte tiempo puedes acercarte a la Sociedad a saber para lo que me telefonearon ayer y anteayer, pues yo estoy en cama hasta las 3 o las 4 de la tarde.

Abrazos. En caso de duda de algo, telefonazo a casa, claro, inmediatamente.

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4 de enero de 1950

Querido Miguel:

recibí tu carta del año pasado en la cama, donde estoy casi todos los días desde que te fuiste.
Hasta hoy, día 4, no he podido levantarme con ciertas garantías, pues otros días que me levanté, a la hora tuve que volverme a casa para quedar groggy en un rincón.
No hubo nada sustancial por parte del Alcalde. Hablamos y vió los dibujos rápidamente porque tenía mucho que hacer; es de los que tienen siempre demasiado quehacer para que uno con 48 años ya a la espalda, crea de veras que tiene tanto que hacer. Se quedó con mi hermoso rollo de dibujos para verlos más despacio y dijo que me avisaría para que habláramos más despacio.

Pero tan despacio, tan despacio, que aún no ha avisado. Le he dado un plazo mental de 8 días más, a partir del día 1º y, pasado el plazo, le escribiré una carta sin precedentes desde la creación del Ayuntamiento madrileño por Alfonso XI (año, no recuerdo).
¿Vienes o no vienes?
Y si no vienes, ¿cuándo vienes?
Creo que debes venir,
de modo que vente.
En el caso de que tu padre te ayude económicamente, debes darle las gracias y venir. Y si no te ayuda, debes venir sin despedirte siquiera.
También debes legarle esta carta a tu padre, o hacer que él la lea olvidándotela sobre su mesa: pues tampoco es cosa de que él crea que yo estoy a su lado cuando él esté del lado de la sinrazón.
En fin, que vengas.

Un abrazo de E. Jardiel Pondela.

Rosamaría, la pelmaza, está ¿cómo no? a mi lado en este momento (una pausa entre los conciertos) y te saluda y te aconseja también la fuga (de Bach, claro).
Bueno, a ver si vienes, o me da otra pleuresía, pues ha sido pleuresía.

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Una subvención denegada: En esta carta solicita ayuda oficial para crear una compañía de teatro

1948

Excmo. Sr. Ministro de Trabajo:

Los abajo firmantes, conscientes ambos de que a los altos organismos del Estado les absorben cuestiones de mucha mayor trascendencia, percatados igualmente ambos, de que el Ministerio de Educación y sus organismos afines soportan ya sobre sus posibilidades demasiadas cargas relativas al teatro, y considerando, en fin, que cuanto se refiere a la industria artística del teatro por el incalculable número de productores que a ella contribuyen, entra sustancialmente dentro de la órbita de influencia de acción y de protección de ese Ministerio de Trabajo, en el doble deseo de aplicar el esfuerzo de sus actividades, en beneficio de dicha industria artística del teatro unido, el entusiasmo y el amor hacia el que uno de ellos siente la experiencia de su mecánica interior que al otro le es familiar.

Solicita de V.E.

Una única subvención reintegrable en sí y, si se creyera oportuno, rentable (reintegrabilidad e hipotética rentabilidad a las que haría frente hasta su cumplimiento total el ingreso limpio de taquilla de cuyo movimiento habría de facilitarse copia diaria) para la constitución de una compañía teatral, de denominación y características que se señalarían debidamente, destinada a representar producciones escénicas nuevas en salas de espectáculos situadas en ciudades españolas y del protectorado, no excluidas Barcelona y Madrid.
Por lo que ruegan encarecidamente aunque, en caso de no ser rechazada explícitamente esta solicitud, les conceda una entrevista personal en la que poder desarrollar debidamente cuantos extremos de la cuestión quedan sin concretar en el presente escrito.

Muchas gracias.

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Cartas a Felipe Palacios, escritor murciano e investigador de la historia de Águilas.


APÉNDICE I

Madrid, 12 de mayo 1948

Sr. don Felipe Palacios.
Mi buen amigo y distinguido compañero:

recibo, bastante retardada, su amable carta del 20 y me apresuro a contestarle.

Con mucho gusto le enviaría hoy mismo un ejemplar de El sexo débil ha hecho gimnasia para ser representada por ustedes, lo que me satisface y honra por igual, a no ser porque no tengo todavía aún un solo ejemplar disponible de esta comedia. Digo todavía porque está en la imprenta para publicarse, pero ignoro la fecha exacta en que quedará lista.

Tenga la bondad de decirme en qué fecha aproximada pensaba hacerla; por mandársela al publicarse, si era aún ocasión oportuna. Y si entretanto desea Vd. algún ejemplar de otra obra que le interese o cualquier otro favor, de la índole que sea, no dude en poner unas líneas diciéndoselo a su amigo afmo. que le estrecha cordialmente la mano

Enrique Jardiel Poncela

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APÉNDICE II

Madrid, 15 de julio 1948

Sr. don Felipe Palacios.

Mi distinguido y buen amigo:

Con mucho gusto le enviaré un ejemplar de «El sexo débil ha hecho gimnasia», así que aparezca, para lo que le agradeceré que, dentro de veinte o 25 días, me ponga unas líneas recordándomelo.

Con «El sexo» le mandaré a Vd. también, entonces, el «Ventanal» y alguna otra cosa con la que pueda servirle.

Le agradezco mucho todas sus amabilidades; y le envía un fuerte apretón de manos su amigo y compañero afectísimo.

E. Jardiel Poncela

Infantas, 40

s/c
Infantas, 40
Tel. 210563





Felipe Palacios dirigía un grupo de teatro de aficionados del Instituto Nacional de Previsión. Con la idea de montar una obra de teatro, Palacios se interesa por montar la obra de Jardiel Poncela. Tras buscar el texto en librerías, se decide a dirigirse a la Sociedad General de Autores con el fin de que le trasmitan al mismísimo Jardiel Poncela el deseo de este grupo de aficionados de montar la obra. El propio Jardiel le respondió con esta carta, donde le dice que la obra está en imprenta, pidiéndole detalles a los que responde Palacios con otra carta, que es contestada el día 15 de julio (Apéndice II).

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