Tenuxtitlan, 15 de octubre de 1524
Todas las veces que a vuestra sacra majestad he escrito, he dicho a vuestra alteza el aparejo que hay en algunos de los naturales de estas partes para convertirse a nuestra santa fe católica y ser cristianos; y he enviado a suplicar a vuestra cesárea majestad, para ello, mandase proveer de personas religiosas de buena vida y ejemplo. Y porque hasta ahora han venido muy pocos, a casi ningunos, y es cierto que harían grandísimo fruto, lo torno a traer a la memoria a vuestra alteza y le suplico lo mande proveer con toda brevedad, porque de ellos Dios Nuestro Señor será muy servido y se cumplirá el deseo que vuestra alteza en este caso, como católico, tiene. [...]
También he hecho saber a vuestra cesárea majestad la necesidad que hay que a esta tierra se traigan plantas de todas suertes, y por el aparejo que en esta tierra hay de todo género de agricultura, y porque hasta ahora ninguna cosa se ha proveído, torno a suplicar a vuestra majestad, porque de ello será muy servido, mande enviar su provisión a la Casa de la Contratación de Sevilla para que cada navío traiga cierta cantidad de plantas, y que no pueda salir sin ellas, porque será mucha causa para la población y perpetuación de ella.
Como a mí convenga buscar toda la buena orden que sea posible para que estas tierras se pueblen, y los españoles pobladores y los naturales de ellas se conserven y perpetúen, y nuestra santa fe en todo se arraigue, pues vuestra majestad me hizo merced de me dar cuidado, y Dios Nuestro Señor fue servido de me hacer medio por donde viniese en su conocimiento, y debajo del imperial yugo de vuestra alteza, hice ciertas ordenanzas y las mandé pregonar, y porque de ellas envío copia a vuestra majestad, no tendré que decir sino que, a todo lo que aquí yo he podido sentir, es cosa muy conveniente que las dichas ordenanzas se cumplan.
De algunas de ellas los españoles que en estas partes residen no están muy satisfechos, en especial de aquellas que los obligan a arraigarse en la tierra; porque todos, o los más, tienen pensamientos de se haber con estas tierras como se han habido con las islas que antes se poblaron, que es esquilmarlas y destruirlas, y después dejarlas. Y porque me parece que sería muy gran culpa a los que de lo pasado tenemos experiencia, no remediar lo presente y por venir, proveyendo en aquellas cosas por donde nos es notorio haberse perdido las dichas islas, mayormente siendo esta tierra, como ya muchas veces a vuestra majestad he escrito, de tanta grandeza y nobleza, y donde tanto Dios Nuestro Señor puede ser servido y las reales rentas de vuestra majestad acrecentadas, suplico a vuestra majestad las mande mirar, y de aquello que más vuestra alteza fuere servido me envíe a mandar la orden que debo tener, así en el cumplimiento de estas dichas ordenanzas, como en las que más vuestra majestad fuere servido que se guarden y cumplan; [...]
Hernán Cortés fue el conquistador de México. Nació en Extremadura en 1485, y murió en Sevilla en 1547. En 1504 pasó a las Indias descubiertas por Colón y se estableció como escribano y terrateniente en La Española (Santo Domingo). Participó en la expedición a Cuba de 1511 como secretario del gobernador Diego Velázquez. En esta carta cuenta al emperador la preparación de barcos para explorar y someter nuevos reinos sobre el Mar del Sur, idea que bullía en su mente desde dos años atrás, recién consumada la conquista de la gran Tenochtitlan.
1 comentarios:
"y los españoles pobladores y los naturales de ellas se conserven y perpetúen
[...]
sería muy gran culpa a los que de lo pasado tenemos experiencia, no remediar lo presente y por venir [...] mayormente siendo esta tierra, como ya muchas veces a vuestra majestad he escrito, de tanta grandeza y nobleza"
Dejando de lado lo despreciable de toda invasión, esas no son las palabras de un genocida exterminador de razas ni de un ávido destructor de la naturaleza que desprecia lo que ha conquistado...
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