De Bonnie a Clyde
1406 de Cockrell Street
14 de febrero de 1930
Cielo, cómo me gustaría pasar la noche contigo. Te echo tanto de menos, amor mío. ¿No te gustaría que pudiéramos estar juntos? Cielo, no me di cuenta de lo mucho que me importabas hasta que te metieron en la cárcel. Y si consigues salir pronto, cielo, por favor no les des ningún motivo para que te enchironen de nuevo. Si lo haces, no me va a quedar otro remedio que sa carme un billete de tren enorme, tan grande como una sábana, y si viene el revisor no le voy a dejar que toque el billete hasta que hayan pasado mil millas. ¿Sabes? Nunca se me pasó por la cabeza quererte. Tú solito me engatusaste. Y ahora no sé cómo arreglármelas sin ti.
Y escúchame, nene, tú empezaste esta historia y seguro que alguien va a tener que decir basta. Niño… no, no quería llamarte niño porque ya no lo eres. Puesbien, cariño, voy a tener que ir terminando la carta, porque no parece que me esté saliendo muy interesante. Acabo de releerla, y no veo que tenga ni una pizca de interés. Lo siento mucho, pero no se me ocurre nada, sólo decirte que te quiero más que a nada en el mundo, y no sé si esto puede interesarte. Cuando esté segura de que me quieres, quizá pueda escribirte una carta más sensata.
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Waco, Tejas 3 de marzo de 1930
Hola cielo: sólo unas líneas esta noche, porque me siento muy triste y sola. Piénsalo, cariño, hoy te he visto por primera vez en dos semanas, y apenas sólo unos minutos. Pero ha sido muy tierno verte por fin. Estos polis han resultado ser muy agradables, cariño. No son como los de Denton.
Tu madre se queda a pasar la noche conmigo. Quería que se quedase para que pueda volver a verte mañana. Mi amor, voy a buscarme un empleo para poder quedarme aquí. Ya no aguantaba más en Dallas sin ti. Cielo, qué feliz sería si pudieras librarte de este espantoso embrollo. No veo cómo me las voy a arreglar si te vas. No parecía que estuvieras muy contento de verme hoy. ¿Algo va mal? ¿Ya no me quieres? Sé cómo te sientes, cariño. Me imagino que estarás preocupadísimo. Escucha, querido, no te voy a escribir mucho hoy, porque te veré mañana, esperemos, y vamos a estar juntos un buen rato, como en los viejos tiempos. Y, cielo, no te olvides de que te quiero más que a nada en el mundo, y sé muy, muy bueno, y piensa en mí, aquí, pensando en ti.
Tu chica triste y solitaria, Bonnie
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De Clyde a Bonnie
19 de abril de 1930
Waco, Texas
Niña querida:
Acabo de leer tu dulce carta y no sabes lo contento que me he puesto al recibirla, pues me siento terriblemente solo y triste. ¿Por qué me dices que no sabías si la iba a aceptar o no? Cielo, sabes de sobra que no sentía lo que te dije en mi última carta. Lo único que me pasa es que tengo celos y no puedo evitarlo. Y además, ¿por qué no debería estar celoso? Si fuera tan tierno contigo como tú lo eres conmigo, tú también estarías celosa.
Oye, cielo, , así que mejor termino la carta mañana. Después de una noche larga, solitaria y triste, voy a tratar de terminarla. Hoy es domingo de Pascua y ojalá pudiera pasarlo contigo fuera de aquí. Por dios, cariño, estoy seguro de que podríamos pasarlo en grande hoy juntos. ¿En qué andabas tú la Pascua pasada, cielo? ¿Con quién estabas? La Semana Santa del año pasado creo recordar que andaba con Frank Clause.1 Ayer, la señora Vaughn me mandó una tarjeta de Pascua, pero ni de lejos era tan bonita como la que me mandaste tú la semana pasada.
Bueno, querida, ojalá no tengas que trabajar este domingo. Así que me preguntas si quiero que Bob venga a verme. Recibiste mi última carta, ¿no? Ahora mismo eso es lo único que quiero saber. No creo que me reduzcan la condena. Si Bob no se ha ido todavía, hazle venir aquí en cuanto recibas esta carta. Creo que quizá pueda echarme una mano. Cielo, no sé por qué no te dejé un coche para que pudieras venir a verme este domingo. Hace un día precioso pero seguro que para mí será un día largo, solitario y triste. Bueno, niña, ¿qué tal te va en el trabajo? ¿Alguno de esos borrachuzos se ha pasado de listo contigo? Si se pasan, apúntate los nombres, porque no me voy a quedar toda la vida en este tugurio. Dame un minuto, cielo, voy a ver qué ha ocurrido arriba. Nada malo, niña, todo está en orden. Por un instante pensé que estaban todos muertos porque no oía ni una mosca, pero Frank está leyendo y Pat está malo; un par de ellos están durmiendo y Lee se ha sentado al lado de la ventana, y mira a la calle y se muere por salir. Nunca había visto este antro tan callado desde que llegué. Espero que no se despierten antes de que haya acabado de escribirte. Cielo, me decías que harías cualquier cosa que te pida. Bueno, te diré qué quiero que hagas por mí: Sé buena y no dejes de quererme. Si haces las dos cosas, no necesito nada más, salvo que vengas a verme, no hay nada que me importe más ahora.
Oye, cielo, tienes que venir a verme. Me he puesto los tirantes de Frank y parezco el galán del año, en serio. Cariño, ojalá pudiera pasar una semana contigo, sólo una semana y me podría morir tranquilo, porque te quiero y no me imagino cómo podría vivir sin ti. Escúchame, cuando me vengo abajo y empiezo a pensar en ti, saltaría el muro y me pondría de camino a Dallas. Puede que no llegue muy lejos, aunque seguro que me cogen si lo intento. Bueno, vieja amiga, ha llegado Bud Russell.2 No sé si nos va a llevar con él o no, pero me imagino que sí. Si nos lleva, no te pongas nerviosa y ven a verme enseguida. Cielo, no sé si me van a llevar con ellos, pero si es que sí, haz lo que te dije. Ven cuando puedas… No, cielo, no me van a llevar con ellos esta vez, y la verdad es que estoy contento, porque puede que así tenga otra oportunidad de que me reduzcan la condena. Cariño, puede que el tío Bud vuelva mañana, pero si no viene, te escribiré. Y si viene, te escribiré en cuanto llegue al trullo. Pero espero que tarde un tiempo en volver.
Bueno, amiga mía, no tengo noticias, así que voy terminando. Mándame a Bob en cuanto puedas. Te quiero.
Clyde
Posdata: La próxima vez que mamá venga, si es que viene antes de que se me lleven, dile que me traiga una camisa vieja para que pueda enviar la que llevo puesta a casa. ésta es demasiado buena para tirarla.
Te quiero.
Bonnie Parker y Clyde Barrow son quizá la pareja de criminales más célebre y romántica de la historia de los Estados Unidos. Estas cartas cargadas de emoción, ternura y mucha socarronería y humor, las escribieron durante la primera estancia de Clyde en la cárcel. El 23 de mayo de 1934 fueron brutalmente acribillados por la policía, que desde hacía meses les perseguía. Apenas tenían 25 años. Estas cartas pertenecen al libro "Wanted Lovers. Las cartas de amor de Bonnie & Clyde", de la Editorial Alpha Decay.
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