A Carlos Barral (poeta, memorialista, editor y senador español)
Salamanca, primavera de 1951
¿Sabes que ya casi deseo empicorotarme nuevamente? Quand je n'aime rien, je ne suis rien, y me aburro un poco: tener complicaciones sentimentales es una solución muy satisfactoria en invierno y en esas horas en que uno se siente cansado de leer o de escribir y no puede pasearse largamente. De estudiar no hablo: he descubierto que sólo estudio bien si estoy de mal humor. Es un sedante espléndido. Pero esta temporada soy todo pájaro. [...]
......................................................................................................................
A Jorge Guillén
Barcelona, 16 de julio de 1959
Querido maestro,
[...] Le adjunto unos cuantos poemas míos -recuerdo que, en el curso de nuestro encuentro vallisoletano-, pertenecientes a una secuencia titulada “Las afueras” en la cual llevo tiempo trabajando. Una vez terminada, ha de tener doce poemas; hoy por hoy, tengo en mano casi once (al que está en el telar sólo le falta el remate), lo malo es que todavía permanece en el Limbo el más largo, y quizá más peliagudo de todos. En fin, espero ser medianamente afortunado y tener el conjunto completo para fines de este año. Mucho agradecería su opinión sobre los botones de muestra que le envío. [...]
..................................................................................
A Juan Marsé
Barcelona, 27 de febrero de 1962
Querido Juan,
[...] Por otra parte, esperaba verte en Colliure adonde finalmente finalmente no hemos ido ni tú ni yo. Probablemente a estas horas ya sabrás por Antonio que estoy enfermo y me tuve que quedar en Barcelona. Parece ser que en Filipinas agarré un sífilis -esto te lo digo a ti porque estás en el Instituto Pasteur, pero no lo cuentes mucho a la gente, porque aumentaría mi reputación de libertino- y como tardé mucho en darme cuenta, porque el chancro me salió en la garganta, cuando me analizaron la sangre estaba ya al noventa y cuatro por ciento. Todo esto no tiene ninguna importancia, porque ahora -para disgusto de los curas- se cura radicalmente con unas sencillas inyecciones de penicilina, pero tengo que estar unas semanas en tratamiento y vigilado por el médico, y además sin joder, porque todavía contagio -llevo quince días así y la castidad empieza a pesarme. [...]
...................................................................................
A Joan Ferraté (poeta, ensayista y traductor)
Barcelona, 21 de octubre de 1963
Querido Juan
[...] Y estas frustraciones son, quizá, tolerables cuando se vive en un país en el que existe un cierto grado de libertad intelectual, social y política y unas ciertas posibilidades de actuación en algunos de esos órdenes. Excusado es el decirte que nada de eso existe aquí. Pero, además, la menor dureza de la vida inmediata, junto con la aparente “liberalización” del régimen, han convertido por completo el hábito del alma el sofocante sistema de inhibiciones morales que durante todos estos años uno ha tenido que utilizar para todo lo que no fuesen las relaciones con nuestros amigos personales -uno casi diría con nuestros cómplices. [...] Uno se pregunta quiénes vamos a quedar aquí. Si esto dura diez años más, a los cuarenta voy a ser un asco de persona.
Jaime Gil de Biedma (Segovia, 1929 - Barcelona, 1990) fue un poeta español. Su poesía, de tono elegíaco, enlaza con la de Vallejo, Antonio Machado y con el delicado erotismo de Cernuda. Aunque su obra no es muy extensa, es una de las que más influencia ha ejercido en las generaciones recientes. Cartas extraídas de la revista española "El Cultural".
0 comentarios:
Publicar un comentario