[A FRANCISCA SÁNCHEZ]. Cuando se separó de su mujer, Rubén conoce en Madrid a Francisca Sánchez (él la llamaba Tataya), mujer de origen campesino, analfabeta, con la que hará vida en común, y quien será su mujer y "lazarillo de Dios" en su sendero (como el poeta confesará en un conmovedor soneto que dedicará más adelante a su compañera).
The Royal Steam Packet Company
En el mar Julio 1907
R. M .S. P. «THAMES»
Mi muy querida Tataya, mañana llegamos a San Vicente y me apresuro a mandarte estas líneas. ¡Cuánta falta me has hecho estos últimos días en que no he estado muy bien de salud! Como tú ya conoces mis males como nadie me habrías puesto bueno enseguida. Hoy voy mejor así es que no tengas ningún cuidado. Espero que me escribas muchas cartas con todas las noticias que me tengas que contar. Ya sabes que las señas son: M. Rubén Darío, Secretario de la Delegación de Nicaragua. Río Janerio Brasil. Cuidate mucho, junto con la Tataicilla; ambas me hacen falta. Que sea buena es el consejo que siempre le doy. A ti, que seas la de siempre, que te hagas culta, que leas los diarios que lleguen y me guardes todo bien. Corea se ha portado muy bien conmigo. Cuéntale a Madame Sedano que su marido va como attaché de la Delegación y así figurará en Río. Conmigo Sedano se ha portado como un hermano. Va en mi mismo camarote y me ha atendido durante mi enfermedad y siempre con mucho cuidado y afecto.
Escríbeme, pues, de todo, y recibe muchos abrazos y besos y la Tataicilla.
Con mucha razón la ausencia hace que te quiera más. Escríbeme todo con la máquina, los sobres. Como lo hiciste últimamente a Anvers. Escríbeme las más cartas que puedas, y sé siempre tan cariñosa y buena (....)
....................................................................................................................................
[A FABIO FIALLO]. Poeta y narrador dominicano, amigo personal de Rubén Darío.
León, Nicaragua, 11 febrero, 1908
Mi muy querido Fabio:
Bien sabe Dios que hubiera querido escribirte largas cartas, desde mi llegada a estas tierras; pero bien sabe Dios también las agitaciones en que he vivido, la continuidad de fiestas abrumadoras, y, después de todo, la inevitable mala salud. Grandemente, te agradecí el cumplimiento de mi encargo para París. Ya sabía yo que tú eras así. Sabrás que, como lo esperábamos, fui nombrado Ministro en España. Pero todavía creo que pasaré aquí algunos días, antes de ir a ocupar mi puesto. Antes, iré a Méjico. Y no sé si tome el vapor en Veracruz, o vaya a embarcarme en New York. Rufino está publicando en la revista de Carrillo unos apuntes íntimos, en los cuales no hay ninguna prudencia ni consideración. Yo, que lo quiero, le aconsejé que dejase eso para su Póstuma. No me ha hecho caso. ¿Creerá que se ha muerto? Lástima de hermoso talento. Yo le he guardado siempre toda clase de consideraciones. Él pasa sobre todo. Quizá sean los malos consejeros.
Mucho te encargo des mis recuerdos al Sr. Velázquez. Como te digo, haré todo lo posible por pasar por New York, para verte. Hasta pronto, pues, y recibe un abrazo de tu amigo,
Rubén Darío
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Rubén Darío
4 Rue Herschel
París
París 20 Agosto 1911
Mi querido Fabio:
Ya lo creo que iré a Hamburgo a verte; pero dentro de unos días. Desde luego hasta que no me entreguen tu dibujo para la carátula. Aquí no hay «Cantos de Vida y Esperanza»; pero te llevaré «Letras» que es tu libro. Verás como esta gente de Garnier han bouleversé la dedicatoria so pretexto de que no habían entendido una línea de mi escritura. Au diable les editeurs! Te llevaré también el retrato del chico en su caballo. Aquí, de salud, va bien la gente. Polo Lugones sanó, después de una batalla bien librada-. Felicita a los padres que me agradecieron mucho tu linda poesía y te estiman profundamente.
Anoche hablamos de ti en buena reunión. Cada uno halló algo que alabar. Yo hablé de dos cosas exquisitas: el cuento de «Las Cerezas» y tu fino trato. Recibí «La Cuna de América». 2 números que no me mandaste tú, sino Agustín de la Rocha. Buena y justa página la de Rufino Blanco Fombona sobre ti, quien sigue en su misma casa de la rue Gay Lussac, aunque según entiendo, se ha ido a Londres por unos días. Llegaré, pues, pronto a tu lado, que es caer en un remanso; que tu salud mejore.
¡Un abrazo!
Darío
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Paris le 27 de Setbre. 1911
Rubén Darío
4 Rue Herschel
Paris
Mi querido Fabio:
Por Agustín de la Rocha supe que seguías enfermo. Creí por lo tanto que no estabas para que yo te saliese con literaturas. Dí el retrato de la joven ardiente al fotograbado, aunque no para el Nº de «Elegancias» que tú señalabas, pues ha habido un gran cambio que todo lo ha bouleversé. «Elegancias» aparecerá mensualmente y será exclusivo de modas, con alguna lectura. De todos modos haré publicar el retrato. Pero... ¿Me meteré en camisa de once varas si te hago alguna reflexión, sobre todo, en el momento que atenacee la pierna o los lomos la pinza feroz del reumatismo o la neuritis? Es el caso que esos versos... dada tu ya establecida fama donjuánica, ¿no serán peligrosos?, ¿no habrá murmuración? Porque aquí, al leer los versos y ver el retrato, se ha visto pasar algo faunesco, tropical, erótico, donde quizá no haya sino una inocente galantería de poeta. ¿No podrías hacer otros versos para acompañar el retrato? Pero si crees que así van bien se publicarán los que has enviado y allá te las verás con la maledicencia de lengua de fuego -sobre todo en la zona tórrida nuestra. Avísame pues, hazme una seña. No he remitido los libros, 1º.: porque suponía que Mata vendrá de Berlín a París. 2º. por millones de pequeños inconvenientes que el maldito trabajo me pone a cada instante. Ya irán.
Ave et vale
Rubén Darío
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[A ENRIQUE CAPRILE (hijo)]. Administrador del periódico La Nación de Argentina.
París 30 de Junio de 1910
Señor Don Enrique Caprile (hijo)
Administrador de LA NACIÓN
Buenos Aires.
Mi distinguido amigo:
Como Ud. sabe muy bien, puesto que tengo entendido que visitó diferentes veces a LA NACIÓN, el gran escritor francés, redactor de LE FIGARO de París, M. Jules Huret, estuvo hace poco tiempo en Buenos Aires y recorrió casi toda la República Argentina con el fin de tomar datos para publicar una serie de folletines en dicho diario sobre ese país como los que ha publicado anteriormente de los Estados Unidos, de España y de Alemania que tanta fama como escritor valieron a M. Huret y tanto dinero al FÍGARO y él mismo. Calculo que dentro de un mes comenzará la publicación del nuevo folletín que se titulará EN LA ARGENTINA y que verá la luz dos veces por semana en el más aristocrático diario de París. Cuando esté concluyéndose la obra sólo publicará un folletín semanal, si sigue la misma regla de conducta que en sus obras anteriores de la misma índole. Sé que LA NACIÓN está en tratos con M. Huret para que le anticipe los primeros folletines a fin de que se publiquen en Buenos Aires al mismo tiempo que en París. También me consta que Huret estuvo en ofrecimientos con La Prensa, mas como pidió muy caro por la obra (30.000 francos o 15.000 nacionales) las negociaciones no siguieron. Si lo mismo sucede con LA NACIÓN no habrá ningún otro diario en ésa que adquiera el derecho de publicar los folletines de Huret al mismo tiempo que LE FIGARO en París, mas eso no quita que el día en que vea la luz todos los diarios de Buenos Aires quieran ser los primeros en traducirla para publicarla en ésa.
Creo que a ningún diario le interesa tanto como a LA NACIÓN el darle cabida en sus columnas. Me ofrezco a enviar a Ud. dichos folletines traducidos los mismos días en que se publiquen aquí, si es que no han adquirido Uds. la obra, para que sea LA NACIÓN la primera en publicarlos en ésa. Comenzada la obra ya no hay miedo a que otro diario la empiece. Como esos folletines serán artículos descriptivos y anecdóticos de ese gran país creo que convendría más a LA NACIÓN publicarlos como artículos a la cabeza del número que como folletines. Así se daría mayor importancia a la publicación. Si acepta mi proposición le ruego me avise por telégrafo para estar yo preparado o traducir la obra el mismo día en que se comience y podérsela remitir por el Sur-Expreso que sale a las doce, a fin de que otro diario no se adelante pues la obra será del que primero publique el primer artículo. Creo que afirmativa o negativamente debería Ud. telegrafiarme pues en la duda comenzaré yo la obra y mi trabajo resultaría inútil si Uds. la han adquirido directamente del autor o bien otro diario la comenzase antes que aquí o que Uds. por haberse convenido con el autor el recibir los originales con anterioridad a su publicación en París.
Aun autorizándome la traducción creo que debería también telegrafiarme si algún diario en ésa se anticipase estando mis primeros folletines en viaje para no continuar.
R.D.
En el mar Julio 1907
R. M .S. P. «THAMES»
Mi muy querida Tataya, mañana llegamos a San Vicente y me apresuro a mandarte estas líneas. ¡Cuánta falta me has hecho estos últimos días en que no he estado muy bien de salud! Como tú ya conoces mis males como nadie me habrías puesto bueno enseguida. Hoy voy mejor así es que no tengas ningún cuidado. Espero que me escribas muchas cartas con todas las noticias que me tengas que contar. Ya sabes que las señas son: M. Rubén Darío, Secretario de la Delegación de Nicaragua. Río Janerio Brasil. Cuidate mucho, junto con la Tataicilla; ambas me hacen falta. Que sea buena es el consejo que siempre le doy. A ti, que seas la de siempre, que te hagas culta, que leas los diarios que lleguen y me guardes todo bien. Corea se ha portado muy bien conmigo. Cuéntale a Madame Sedano que su marido va como attaché de la Delegación y así figurará en Río. Conmigo Sedano se ha portado como un hermano. Va en mi mismo camarote y me ha atendido durante mi enfermedad y siempre con mucho cuidado y afecto.
Escríbeme, pues, de todo, y recibe muchos abrazos y besos y la Tataicilla.
Con mucha razón la ausencia hace que te quiera más. Escríbeme todo con la máquina, los sobres. Como lo hiciste últimamente a Anvers. Escríbeme las más cartas que puedas, y sé siempre tan cariñosa y buena (....)
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[A FABIO FIALLO]. Poeta y narrador dominicano, amigo personal de Rubén Darío.
León, Nicaragua, 11 febrero, 1908
Mi muy querido Fabio:
Bien sabe Dios que hubiera querido escribirte largas cartas, desde mi llegada a estas tierras; pero bien sabe Dios también las agitaciones en que he vivido, la continuidad de fiestas abrumadoras, y, después de todo, la inevitable mala salud. Grandemente, te agradecí el cumplimiento de mi encargo para París. Ya sabía yo que tú eras así. Sabrás que, como lo esperábamos, fui nombrado Ministro en España. Pero todavía creo que pasaré aquí algunos días, antes de ir a ocupar mi puesto. Antes, iré a Méjico. Y no sé si tome el vapor en Veracruz, o vaya a embarcarme en New York. Rufino está publicando en la revista de Carrillo unos apuntes íntimos, en los cuales no hay ninguna prudencia ni consideración. Yo, que lo quiero, le aconsejé que dejase eso para su Póstuma. No me ha hecho caso. ¿Creerá que se ha muerto? Lástima de hermoso talento. Yo le he guardado siempre toda clase de consideraciones. Él pasa sobre todo. Quizá sean los malos consejeros.
Mucho te encargo des mis recuerdos al Sr. Velázquez. Como te digo, haré todo lo posible por pasar por New York, para verte. Hasta pronto, pues, y recibe un abrazo de tu amigo,
Rubén Darío
.............................................................................................................................................
Rubén Darío
4 Rue Herschel
París
París 20 Agosto 1911
Mi querido Fabio:
Ya lo creo que iré a Hamburgo a verte; pero dentro de unos días. Desde luego hasta que no me entreguen tu dibujo para la carátula. Aquí no hay «Cantos de Vida y Esperanza»; pero te llevaré «Letras» que es tu libro. Verás como esta gente de Garnier han bouleversé la dedicatoria so pretexto de que no habían entendido una línea de mi escritura. Au diable les editeurs! Te llevaré también el retrato del chico en su caballo. Aquí, de salud, va bien la gente. Polo Lugones sanó, después de una batalla bien librada-. Felicita a los padres que me agradecieron mucho tu linda poesía y te estiman profundamente.
Anoche hablamos de ti en buena reunión. Cada uno halló algo que alabar. Yo hablé de dos cosas exquisitas: el cuento de «Las Cerezas» y tu fino trato. Recibí «La Cuna de América». 2 números que no me mandaste tú, sino Agustín de la Rocha. Buena y justa página la de Rufino Blanco Fombona sobre ti, quien sigue en su misma casa de la rue Gay Lussac, aunque según entiendo, se ha ido a Londres por unos días. Llegaré, pues, pronto a tu lado, que es caer en un remanso; que tu salud mejore.
¡Un abrazo!
Darío
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Paris le 27 de Setbre. 1911
Rubén Darío
4 Rue Herschel
Paris
Mi querido Fabio:
Por Agustín de la Rocha supe que seguías enfermo. Creí por lo tanto que no estabas para que yo te saliese con literaturas. Dí el retrato de la joven ardiente al fotograbado, aunque no para el Nº de «Elegancias» que tú señalabas, pues ha habido un gran cambio que todo lo ha bouleversé. «Elegancias» aparecerá mensualmente y será exclusivo de modas, con alguna lectura. De todos modos haré publicar el retrato. Pero... ¿Me meteré en camisa de once varas si te hago alguna reflexión, sobre todo, en el momento que atenacee la pierna o los lomos la pinza feroz del reumatismo o la neuritis? Es el caso que esos versos... dada tu ya establecida fama donjuánica, ¿no serán peligrosos?, ¿no habrá murmuración? Porque aquí, al leer los versos y ver el retrato, se ha visto pasar algo faunesco, tropical, erótico, donde quizá no haya sino una inocente galantería de poeta. ¿No podrías hacer otros versos para acompañar el retrato? Pero si crees que así van bien se publicarán los que has enviado y allá te las verás con la maledicencia de lengua de fuego -sobre todo en la zona tórrida nuestra. Avísame pues, hazme una seña. No he remitido los libros, 1º.: porque suponía que Mata vendrá de Berlín a París. 2º. por millones de pequeños inconvenientes que el maldito trabajo me pone a cada instante. Ya irán.
Ave et vale
Rubén Darío
.................................................................................................................................
[A ENRIQUE CAPRILE (hijo)]. Administrador del periódico La Nación de Argentina.
París 30 de Junio de 1910
Señor Don Enrique Caprile (hijo)
Administrador de LA NACIÓN
Buenos Aires.
Mi distinguido amigo:
Como Ud. sabe muy bien, puesto que tengo entendido que visitó diferentes veces a LA NACIÓN, el gran escritor francés, redactor de LE FIGARO de París, M. Jules Huret, estuvo hace poco tiempo en Buenos Aires y recorrió casi toda la República Argentina con el fin de tomar datos para publicar una serie de folletines en dicho diario sobre ese país como los que ha publicado anteriormente de los Estados Unidos, de España y de Alemania que tanta fama como escritor valieron a M. Huret y tanto dinero al FÍGARO y él mismo. Calculo que dentro de un mes comenzará la publicación del nuevo folletín que se titulará EN LA ARGENTINA y que verá la luz dos veces por semana en el más aristocrático diario de París. Cuando esté concluyéndose la obra sólo publicará un folletín semanal, si sigue la misma regla de conducta que en sus obras anteriores de la misma índole. Sé que LA NACIÓN está en tratos con M. Huret para que le anticipe los primeros folletines a fin de que se publiquen en Buenos Aires al mismo tiempo que en París. También me consta que Huret estuvo en ofrecimientos con La Prensa, mas como pidió muy caro por la obra (30.000 francos o 15.000 nacionales) las negociaciones no siguieron. Si lo mismo sucede con LA NACIÓN no habrá ningún otro diario en ésa que adquiera el derecho de publicar los folletines de Huret al mismo tiempo que LE FIGARO en París, mas eso no quita que el día en que vea la luz todos los diarios de Buenos Aires quieran ser los primeros en traducirla para publicarla en ésa.
Creo que a ningún diario le interesa tanto como a LA NACIÓN el darle cabida en sus columnas. Me ofrezco a enviar a Ud. dichos folletines traducidos los mismos días en que se publiquen aquí, si es que no han adquirido Uds. la obra, para que sea LA NACIÓN la primera en publicarlos en ésa. Comenzada la obra ya no hay miedo a que otro diario la empiece. Como esos folletines serán artículos descriptivos y anecdóticos de ese gran país creo que convendría más a LA NACIÓN publicarlos como artículos a la cabeza del número que como folletines. Así se daría mayor importancia a la publicación. Si acepta mi proposición le ruego me avise por telégrafo para estar yo preparado o traducir la obra el mismo día en que se comience y podérsela remitir por el Sur-Expreso que sale a las doce, a fin de que otro diario no se adelante pues la obra será del que primero publique el primer artículo. Creo que afirmativa o negativamente debería Ud. telegrafiarme pues en la duda comenzaré yo la obra y mi trabajo resultaría inútil si Uds. la han adquirido directamente del autor o bien otro diario la comenzase antes que aquí o que Uds. por haberse convenido con el autor el recibir los originales con anterioridad a su publicación en París.
Aun autorizándome la traducción creo que debería también telegrafiarme si algún diario en ésa se anticipase estando mis primeros folletines en viaje para no continuar.
R.D.
Rubén Darío (1867-1916), fue un poeta nicaragüense, máximo representante del Modernismo literario en lengua española.
Fuente: "Rubén Darío: Epistolario selecto" , de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que a su vez pertenecen al "Archivo de Rubén Darío", perteneciente al escritor argentino Alberto Ghiraldo.
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