Blogger Template by Blogcrowds

27 noviembre 2008

Cartas de Octavio Paz a Luis Buñuel

Abril 5 de 1951.

Querido Luis Buñuel:

Damos la batalla por Los Olvidados. Estoy orgulloso de pelear por usted y su película. He visto a sus amigos. Todos están con usted. Prevert le manda un abrazo. Picasso lo saluda. Los periodistas inteligentes y los jóvenes están con usted. Vuelven un poco, gracias a Los Olvidados, los tiempos heroicos. He organizado una reunión "íntima” unas horas antes de la exhibición de su película (el domingo 8). Contamos con Prevert 72 Cocteau, Chagall, Trauner y otros para esa reunión (amén de todos los periodistas y críticos con algo en la cabeza, en el corazón o en otra parte). Picasso -sin que se lo pidiéramos- ha declarado públicamente que irá a la. presentación de Los Olvidados. Si el jurado no premia su película (lo cual no es imposible) pensamos publicar un folleto o una declaración conjunta con las gentes mejores. De todos modos Los Olvidados tendrá un premio, pero nosotros aspiramos al Gran Premio (Los rivales mas serios son los italianos, los ingleses y los rusos). Aún en el caso -improbable, casi imposible- de una derrota total, hemos ganado en la opinión. La prensa hablará -y hablará mucho- de Los Olvidados. Tenemos seguro, además, el premio de la crítica, en caso de no obtener el Gran Premio o el de dirección. De prisa, he escrito algo sobre usted. Será distribuido, en francés, el día 8. Después creo que obtendré un texto de Prevert. La copia que le envío (escrita anoche en una inservible aunque reluciente máquina de escribir suiza) le sugiero que sea publicado en Novedades.

Hable con Benítez, de mi parte. Es poco, para lo mucho que es usted, pero no tuve tiempo de hacer nada mejor.

Un abrazo.

Octavio Paz

..........................


Cannes, 11 de abril de 1951
M. Luis Buñuel
México, D.F.

Querido Buñuel:

Ayer presentamos Los Olvidados. Creo que la batalla con el público y la crítica la hemos ganado. Mejor dicho, la ha ganado su película. No sé si el jurado le otorgara el Gran Premio. Lo que si es indudable es que todo el mundo considera que -por lo menos hasta ahora- Los Olvidados es la mejor película exhibida en el Festival. Así, tenemos seguro (con, naturalmente, las reservas, sorpresas y combinaciones de última hora) un premio. Ahora le contaré un poco cómo pasaron las cosas. El día 1 de abril (apenas supe que era delegado gubernamental) entrevisté a Karol, delegado de la industria (o de los distribuidores, no sé aún a ciencia cierta). Karol y su mujer se mostraban totalmente escépticos. No solamente no creían en su película, sino que adiviné que no les gustaba. Claro que me pareció inútil discutir con ellos. Sabía que en ocho días -y ante opiniones de gente que ellos consideran- cambiarían. Así ocurrió. Ahora Karol proclama que Los Olvidados obtendrán el gran premio. Cuando llegué a Cannes (el 3) me di cuenta que ni México ni Karol'habían preparado la presentación. No teníamos folletos, publicaciones, nada. Tampoco se había hecho la menor propaganda, ni se había utilizado la admiración y amistad que aquí le profesan. Mi primera preocupación fue movilizar la opinión.

Por fortuna, el mismo día 3, encontré varios amigos (periodistas y cineastas) que con todo desinterés -y por amistad hacia su obra- se dedicaron a hacer de Los Olvidados “el film del Festival”. Entre ellos debo mencionar a Simone Debreuilh (amiga suya), Kyran (un chico amigo de Breton), Frederic y Longlois (de la Cinemateca), etc. En primer término visitamos a Prevert (que se ha portado de un modo maravilloso), logramos la colaboración de Cocteau y Chagall. (Picasso, que prometió asistir, no pudo o no quiso -¿política de partido?- concurrir a la representación. De todos modos, sus amigos estuvieron con nosotros).

Movilizamos también a lo que los políticos mexicanos llaman “las infanterías” del Festival, periodistas, secretarias, etc. Prevert declaró que se trataba de una gran película. Cocteau llamó varias veces a la Secretaría General, pidiendo boletos, etc. Finalmente, 24 horas antes, distribuimos el texto que escribí sobre usted. En suma, creamos una atmósfera de expectación. Hay que decir que Karol, los últimos días, “despertó” y nos ayudó. Danztinguer, (¿se escribe así?) se presento a última hora y -aunque tarde- también fue eficaz. yer el teatro estaba lleno, como en sus grandes días. Algo iba a pasar. Distribuimos a nuestros amigos estratégicamente. Pero no hubo batalla. La película ganó al público aunque -claro estáparece que hay inconformes: los “refinados” y algún grupo comunista (esto último no lo puedo asegurar, aunque me dicen que Sadoul encontró el film demasiado “negativo” e “inutilizable”). El público aplaudió varios fragmentos: el del sueño, la escena erótica entre el Jaibo y la madre, la del pederasta y Pedro, el diálogo entre Pedro y su madre, etc. Al final, grandes aplausos. Pero, sobre todo, una profunda, hermosa emoción. Salimos, como se dice en español, con la garganta seca. Hubo un momento -cuando el Jaibo quiere sacarle los ojos a Pedro- que algunos sisearon. Fueron acallados por los aplausos.

Los comentarios no pueden ser mas entusiastas. Prevert declaró que era la mejor película que había visto en los últimos diez años. Cocteau citó a Goethe, quien había afirmado que el mejor músico de su época era Beethoven. ¿Y Mozart? le dijeron: “Mozart no es el primero, ni el segundo: es único, está aparte.” Así digo de Buñuel. Ni es el primero, ni el segundo. Es único. Está solo. Pudovkin afirmó que se trataba de un gran film lleno de optimismo en los valores humanos”. Chagall declaró que no estaba sorprendido: sabía que usted era un gran artista. Felicitó también a Figueroa y a Hafter. Esta opinión desconcertará a los periodistas comunistas. Hoy por la mañana la Radiodifusión francesa visitará a todas esas personalidades para pedirles opiniones. Ya se las enviaremos. También le remitiremos los recortes de prensa. Y por lo pronto puede usted utilizar para la prensa lo que le cuento -omitiendo, naturalmente, los detalles íntimos que son solo para usted, como la actitud de Karol.

Tengo que pedirle un favor: agregue, en la página cinco del artículo que le envié, a continuación de “grandes y pequenas estrellas”, lo siguiente: “Sabíamos que Rodolfo Hafter es un gran músico. Ignorábamos que la música -arte dotado de irreductibles poderes de encantación- era de tal modo capaz de fundirse a la acción, al grado que imagen visual, sonido y movimiento fílmico forman un todo indivisible. La música de Haffter posee una calidad que no es exagerado llamar interior. Quiero decir: no acompaña al drama, no lo subraya ni lo comenta: brota de la acción, es su respuesta fatal, su necesario complemento. ¡Lograda unidad!” Le ruego agregar este párrafo porque no sólo me parece justo, sino porque no me perdonaría a mí mismo haber olvidado a Hafter. Asimismo le suplico que mande copiar el artículo y se lo envíe a Fernando Benítez, director de Novedades. Sería bueno que el artículo apareciera con una breve nota en la que se mencionase el éxito de Los Olvidados y las opiniones que le transcribo en esta carta.

Y nada mas, sino un cordial saludo de su amigo:

Octavio Paz

¿Es necesario repetirle que estoy orgulloso de luchar por una película como Los Olvidados? Le escribiré después con nuevos detalles.



Veinte años después de La edad de oro (1930), se otorgó a Luis Buñuel en el Festival de Cannes de 1951 el Premio de la Crítica por su película "Los Olvidados". En esos años Octavio Paz era tercer secretario de la Embajada de México en París. Por su-gerencia de Buñuel y gracias a las gestiones del productor de Los Olvidados, se logró que Octavio Paz fuera uno de los dos delegados de México al Festival. Estas cartas (escritas por la noche), son para dar cuenta al Buñuel del desarrollo del festival.

Fuente: Letras Libres

0 comentarios: