Qué mañana celestial!
Todas las campanas tañen; el cielo está doradísimo y claro... y frente a mí descansa tu carta. Te envío mi primer beso, bienamada.
Yo anhelo sobremanera el verte, estrecharte a mi corazón, que estoy muy triste– e incluso enfermo. Yo no sé lo que me indispone, y sin embargo sí sé que tu ausencia me indispone. Te puedo imaginar en todo lugar. En mi recámara caminas de un lado a otro junto a mí. Te tengo en mis brazos. Pero nada, nada de esto, es real... Estoy enfermo... Y no podré soportarlo por mucho tiempo.
En cuanto al Concierto, ya te he dicho que se trata de algo intermedio entre una sinfonía, un concierto y una gran sonata. Me doy cuenta de que no puedo escribir un concierto para “virtuoso” y que debo aspirar a otra cosa cualquiera. (1839)
Es, en verdad bastante extraño, pero si me extiendo escribiéndote como ahora lo hago, no podré componer. Toda mi música se vuelve hacia tí.
…he estado sentado al piano toda la semana, componiendo y escribiendo, llorando y riendo al mismo tiempo. Todo esto lo encontrarás simpáticamente descripto en mi Op. 20, la Gran Humoreske.
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En esta carta, el compositor cuenta a Clara cómo nació la obra Colección de piezas para piano, op. 15 :
No sé si es una repercusión de lo que me dijiste un día de que a veces te parezco un niño, pero todo caso, tuve una inspiración súbita y escribí de un tirón treinta piezas breves y caprichosas. He escogido una docena y las he titulado Escenas de niños. Estoy seguro que te gustarán, pero, naturalmente, esta preciso que te olvides que eres una verdadera virtuosa. Para tocarlas debes dejarte llevar por una gracia sencilla, natural y sin afectación alguna (1838)
En casa de Wieck, su antiguo maestro, Schumann conoce a Clara Wieck, hija del maestro, y ya para entonces afamada pianista que había sido "niña prodigio", bastante famosa internacionalmente en aquella época. En 1836 inician una relación amorosa en secreto, fundamentalmente por carta, seguramente debido a la diferencia de edad entre ambos (Clara sólo tenía 16 años) y también porque Clara se encontraba de viaje constantemente, actuando. Un año más tarde Robert pide la mano de Clara a su padre, pero éste se niega. Finalmente se casan en 1839, para lo que deben recurrir a los tribunales al no tener la aprobación de Friedrich Wieck. Permanecieron juntos hasta la muerte de Robert y tuvieron ocho hijos.
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